miércoles, 30 de septiembre de 2009

Qué puede hacer un Secretario de Desarrollo Económico en Durango

Tratar de responder a esta pregunta es muy complicado y más de uno quedaría insatisfecho.


El desarrollo económico no depende de una varita mágica o de una decisión política. Se trata de un proceso sistemático de promoción y construcción de oportunidades de largo plazo, sustentado en la disponibilidad de infraestructura física, empresarial y educativa, combinado con la provisión de bajos costos de transacción que induzcan economías de escala eficientes para la acumulación de capital productivo. Economías de aglomeración, dicen los economistas.

El reto no es sencillo. Y más, si se trata de un estado como Durango, que ocupa el lugar 21 de entre las 31 entidades federativas en competitividad nacional (Índice del IMCO, 2008).

De acuerdo al último dato arrojado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el 2008, Durango cayó cuatro posiciones respecto al mismo índice de 2006, al pasar del lugar 17 al 21 a nivel nacional en términos de competitividad.


En el índice, durante el periodo 2001-2006, Durango muestra una tendencia de competitividad dividida en dos etapas: La primera (2001-2004), muestra un desempeño medio, con movimientos entre la posición 15 y 17; y la segunda etapa (2005-2006), en donde su competitividad cayó a la posición 21.



Una explicación concreta de esta caída lo es comparar el crecimiento real promedio del PIB per cápita de Durango con su trayectoria competitiva, en el cual, se observa que en el año de la mayor caída en competitividad (2005) también se registró una disminución de los ingresos de la población. Para ser más claros, el ingreso per-cápita de las entidades del "Top 3" del ranking (Nuevo León, Coahuila y Baja California), se ubica por encima de los 140 mil pesos anuales, mientras que en Durango se registraron cifras entre 60 y 70 mil pesos por año, por persona. En promedio, existe una brecha en el ingreso de 80 mil pesos al año por persona respecto de las tres entidades que se ubican en la cima de la competitividad estatal.

En ese contexto, la competitividad de Durango analizada por factor específico se caracteriza por estar dividida en tres. Está por encima de la media en un solo factor (Manejo sustentable del medio ambiente) en donde se ubica entre los primeros diez lugares. Está cercano a la media en cuatro factores y tiene rezagos importantes (cerca o más del 20% por debajo de la media) en cinco más. En estos últimos se encuentra el principal reto en disminuir el fuerte rezago: Sectores precursores de clase mundial, Aprovechamiento de las relaciones internacionales, Economía estable y dinámica, Sectores económicos en vigorosa competencia y Gobiernos eficientes y eficaces. En relación con los cinco estados de la región Noreste, Durango ocupa el último lugar.


En estas condiciones, la verdad, una respuesta concreta al cuestionamiento inicial es complicada porque el desarrollo económico no depende de una sola dependencia o de un solo factor. Además, el papel del gobierno no es generar empresas o empleos; los empleos los generan los empresarios y el capital empresarial de la entidad es un factor que se cuece aparte. Lamentablemente, nuestros líderes empresariales son chapados a la antigua, de estigma caciquil, proteccionistas y con una marcada aversión a la competencia y la competitividad. Lo grave del asunto es que, quien marca la agenda empresarial en el estado, aún y cuando no es esa su función primigenia, es el gobierno estatal y no los empresarios.



De modo que el desempeño de la Secretaría de Desarrollo Económico de nuestro estado, visto de una forma seria y realista no debe descalificarse a la ligera, sobre todo, considerando las condiciones de presupuesto, importancia en el escalafón del Poder Ejecutivo estatal, prioridad en la agenda "política", perfil profesional de su personal, y prioridad institucional. No podemos pedirle que obre milagros, pero sin duda hay mucho trabajo que realizar en esta materia.

Si queremos realmente incursionar en sectores precursores de clase mundial -(software, tecnologías de la información, alta tecnología, turismo) y vigorizar nuestra incipiente economía (sectores tradicionales: agropecuario, silvicultura, minería)-, nuestra prioridad es reducir la ineficiente infraestructura física y urbana que tenemos: carreteras, aeropuertos, vía de ferrocarril, agua potable, energía eléctrica...; crear oportunidades educativas de excelencia en los jóvenes (idioma inglés); desarrollar la cultura empresarial o emprendedora y; no se nos debe olvidar, brindar oportunidad a las nuevas generaciones para despuntar su talento en la consecución de estos objetivos.

Si hacemos un análisis objetivo y fuera de posiciones políticas, me parece que el trabajo de este gobierno y de esta gestión apuntó durante los últimos años en esta dirección. El cambio en las estructuras ha sido fundamental y, puede o no gustarnos; puede haber casos de éxito o fracaso; pero, el intento ha sido claro y apunta para que siga en esa dirección.

Nuestro más grave problema histórico es la baja densidad poblacional, y que, derivado de ello, las grandes obras de infraestructura debieron realizarse hace 40 o 50 años, y no en pleno siglo XXI.

Desde mi perspectiva, en general, no existe otro camino que continuar con esa tendencia de apertura y modernización tanto en las estructuras políticas como en la orientación institucional. En lo particular, fortalecer económica e institucionalmente las estructuras de Turismo y Promoción Económica será fundamental para Durango en el mediano y largo plazo.


El desarrollo económico no depende de una varita mágica o de un capricho o decisión política. Se trata de un proceso sistemático de promoción y construcción de oportunidades de largo plazo.

Leonardo Alvarez
leonardo.alvarez@prodigy.net.mx

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