lunes, 15 de octubre de 2007

¿Realmente son aprovechadas las remesas de nuestros migrantes?

Al anunciado agotamiento de las reservas petroleras, que se prevé suceda en menos de una década, se añade ahora, como otro problema de urgente solución, la drástica reducción del ritmo de crecimiento de las remesas que envían los mexicanos que laboran en Estados Unidos. De mantenerse esta tendencia, podrían sobrevenir agudas crisis sociales y políticas que, incluso, pondrían en riesgo la gobernabilidad, como lo advierte un informe del Banco de México de principios de este año.

El punto central es que, a querer o no, la economía mexicana se ha vuelto dependiente de ese importante flujo de divisas, que el año pasado ascendió a más de 23 mil millones de dólares, monto que equivale a 66 por ciento de las exportaciones de petróleo crudo, 116 por ciento del superávit comercial del sector petrolero, 95 del superávit del sector maquilador, 190 de los ingresos por viajeros internacionales, 2.7 del PIB y 128 por ciento de la Inversión Extranjera Directa (IED).

Como elementos adicionales para encender las luces de alarma es necesario apuntar que, de 2003 a 2006, las remesas crecieron en promedio 19 por ciento al año, mientras que durante los primeros siete meses de 2007 el crecimiento fue sólo de 1.7 por ciento, en relación con 2006 (16 mil 230 millones de dólares a agosto de este año). Un estudio publicado por El Colegio de la Frontera Norte recientemente va más allá, pues subraya que, en términos reales, el monto de las remesas se redujo 2.2 por ciento durante el primer semestre de este año.

De acuerdo con este informe las causas de este descenso son variadas:

1) Los mayores problemas que enfrentan los connacionales para emigrar hacia Estados Unidos, por el reforzamiento de la vigilancia fronteriza.
2) Las crecientes dificultades que han tenido los migrantes mexicanos para encontrar trabajo, ante controles oficiales cada vez más estrictos.
3) El menor ritmo de crecimiento de la economía estadounidense, principalmente en el sector de la construcción, situación que ha repercutido en las oportunidades de empleo para los migrantes mexicanos en ese país.
4) La migración de familias completas hacia aquella nación, lo que ha resultado en la aparición de verdaderos pueblos fantasma en varios estados de la República.

Este último factor requiere atención especial desde ya, pues de seguir esa emigración masiva (y no hay indicios de que vaya a parar), en un plazo de 15 años el monto de las remesas caerá drásticamente en 50 por ciento, en relación con el flujo que nuestro país recibe en la actualidad.

En Durango no es menos dramático el asunto, según los datos del último censo poblacional (Conteo 2005), en 5 años la entidad solo creció en 60,456 habitantes(33 habitantes por día), una tasa de crecimiento de la población de 0.72%. Añadido a este fenómeno va el del envejecimiento de la Población y de la PEA. Además, por lo visto el problema de la emigración no solo es hacia afuera de la entidad, sino en el interior. Las cifras indican que están desapareciendo algunas comunidades en nuestro estado, sólo Durango, Gómez Palacio y Lerdo que constituyen el 63.7 por ciento de la población creció en este periodo a una tasa ponderada promedio del 1.60 por ciento, mientras que todo el estado lo hace al 0.72%. Entonces, significa que el restante 36.3% de la población las tasas son ínfimas o negativas.

Por otro lado, debemos ser conscientes que a pesar de existir un esfuerzo importante por parte de los tres niveles de gobierno por mezclar recursos de nuestros paisanos a través del Programa 3 X 1 de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) con el gobierno del estado y los municipios, éstos recursos en su mayoría son para obras de remosamiento de iglesias, plazas públicas, jardines, escuelas o centros de salud, y en menor medida para caminos o carreteras o proyectos que detonen progreso económico de forma más sustancial en nuestras comunidades. Es decir, el programa 3 X 1 está siendo utilizado como asistencia social y no como un detonante de las oportunidades de empleo en las comunidades.

En este contexto, se estima que en 15 años, las remesas van a caer por debajo de 50 por ciento de su nivel actual, por lo que debemos tomar medidas urgentes para fortalecer el mercado interno nacional y de los diferentes sectores y regiones del país. Desafortunadamente, junto con los ingresos petroleros y lo que deja el turismo internacional, las remesas son utilizadas como un estabilizador macroeconómico y no como un ingreso que genere efectos multiplicadores regionales en las zonas tradicionales. De ahí mi postura para que sean mejor aprovechados esos recursos y los programas que se han diseñado para ello.
Hay que tomar en cuenta que 66 por ciento de los municipios pertenecientes a los diez estados del centro-occidente de México, prácticamente han exportado su fábrica de emigrantes y se encuentran despoblados. En el caso de Zacatecas, el índice llega hasta 77 por ciento. Durango, nuestro estado, está entre esta estadística, pero el caso no es tan dramático como Zacatecas o Michoacán.

Es claro que la clase política nacional, estatal y local está más preocupada por las cuestiones electorales que por un problema como este. No se tiene una visión estratégica de nación ni de país, sino que discute intereses muy de corto plazo. No están reflexionando los escenarios, a 15 o 20 años, de un México con pocas divisas del petróleo, las remesas caídas en 50 por ciento y con un mercado interno muy pobre a nivel regional y sectorial.

Vale la pena revisar las estrategias de los países que recientemente han tenido logros y son exitosos en este asunto de las remesas. Como un caso de éxito podemos mencionar España e Italia, que en pocos años pasaron de ser receptores a exportadores de remesas impulsando pequeños centros regionales en materia forestal, mueblera, electrónica, turística, y hasta alimentaria; no así podemos afirmar de Turquía donde las remesas se desplomaron hace 12 años y no han vuelto a crecer. Incluso Turquía es uno de los países que más emigrantes registra al año en el viejo continente. A nosotros como estado y como país nos corresponde decidir qué queremos aprovechar de esta relación migrante-remesa-región.

Cualquier comentario relacionado con esta columna por favor dirigirlo a: leonardo.alvarez@gdinnovaciones.com.mx o http://leonardoengd.blogspot.com/

martes, 9 de octubre de 2007

Confinado al silencio...temporalmente.

Estimados, no he tenido tiempo y salud suficiente para seguir con las entregas semanales. No ha sido por gusto ni mucho menos. Mi salud se quebró un poco y decidí tomarme un pequeño descanso de dos semanas antes de seguir escribiendo.

Ni los absurdos anuncios de los empleos generados por el Gobierno de Durango con dinero del erario público (con nombre y apellido) me habían motivado a escribir, eso ya de por sí es trágico, pero espero seguir insistiendo en que lo que nos están vendiendo es pan y circo y no resultados.

La realidad de las cosas es que en Durango seguimos siendo un estado caciquil a merced del grupo de poder en turno, y los que se callan, es porque no aman a Durango o dependen de la gente que está hoy en el poder, o simplemente son indiferentes o tienen miedo. Así las cosas.

Bueno, me van a tener que aguantar un rato.

Y como firman en el gobierno:

Sufragio Efectivo, No reelección.

Leonardo Alvarez