jueves, 26 de mayo de 2011

Les guste o no les guste...

En días recientes, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero afirmó: “les guste o no les guste, la economía mexicana va mejorando”. Antes, el presidente Felipe Calderón se había ufanado de “la consolidación de la clase media mexicana, señal inequívoca de que el país ha salido de la crisis económica”.

No es la primera vez que escuchamos un discurso optimista de parte de nuestras autoridades federales. Esto es entendible porque ellos son los responsables del poder ejecutivo y este tipo de arengas son parte de su trabajo. Tampoco debe extrañarnos el pesimismo de la oposición al criticar sistemáticamente todo lo que hace el ejecutivo; también están en su papel.

Esto me recuerda lo que se vive en los hogares cotidianamente: El papá que normalmente se esfuerza por mejorar su nivel de salario, y que, por la presión natural de la familia está dispuesto a realizar cualquier actividad lícita que incremente los ingresos del hogar. Con esto me refiero a lo que impulsa al padre por mejorar como: el crecimiento de los hijos, al gasto en escuela, la universidad, actividades de esparcimiento con la familia, la vivienda, el coche…en fin, todas las necesidades del hogar que van creciendo año con año, y que, como hoy ya es una necesidad, requiere del apoyo de su cónyuge para sacar adelante.

En esta historia cotidiana de nuestro país, podremos apreciar que efectivamente el ingreso de la familia puede caer, mantenerse estable o incluso incrementarse poco a poco a lo largo del tiempo. Eso dependerá del éxito o fracaso laboral de los padres que, inevitablemente, será calificado por los hijos. Es posible que se enfrenten al menosprecio o aprobación, a la intransigencia por adquirir tal o cual producto, pertenecer a tal o cual escuela, o comprar determinados productos. Esta evaluación está directamente relacionada con la posibilidad real de compra del hogar. Es decir, con el nivel de vida o estatus social de la familia.

En este símil, el gobierno federal se parece a aquellos padres que seguramente hacen lo posible con las herramientas que tienen a su alcance para mantener satisfechas las demandas de los hijos. --Les guste o no, gracias a nuestro trabajo los estamos sacando adelante….--este puede ser su lema.

En contra parte, los hijos pueden estar inconformes porque no pueden adquirir el coche que tiene su vecino o porque no asisten a un colegio privado sino a una escuela pública. Esto da como resultado un nivel de satisfacción tanto de padres como de hijos y está en función de la cohesión y dialogo que exista entre todos sus participantes. Depende de la corresponsabilidad.

Pues bien, dejando el símil a un lado, en materia económica en nuestro país ni todo está muy bien pero tampoco todo está muy mal. En realidad, lo que tenemos es un país dividido y entrampado políticamente y ese es nuestro estigma histórico. Liberales contra conservadores, demócratas contra republicanos. Póngales el nombre que quiera. Nuestro país, incluso antes de la conquista se comportó igual.

Tiene razón el ejecutivo en afirmar que vamos mejorando. Después de la enorme caída sufrida entre 2008 y 2009, las cifras macroeconómicas actuales indican que crecimos 4.6% con respecto al primer trimestre 2010. Se espera que la economía crezca entre 4 y 4.3% en 2011 y que el mismo crecimiento se repita en 2012. Se han recuperado empleos, se mantiene la inflación controlada: son números positivos pero insuficientes, eso está claro.

No obstante esta mejoría macroeconómica, las cifras microeconómicas no mejoran: se pierde poder adquisitivo, se incrementan los insumos y el crédito a las actividades productivas no aparece. Por otro lado, de acuerdo a cifras de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nuestro desempeño comparado respecto a otras economías es deficiente. Requerimos crecer por lo menos 7% anual, como lo hacen Brasil, Rusia, India y China (BRICS), o como lo hace cualquiera de nuestros vecinos sudamericanos como Argentina, Colombia o Perú, por citar tres ejemplos más.

El Banco Mundial (BM) y las estadísticas que en general nos comparan con el resto del mundo, por su parte, contradicen lo dicho por el ejecutivo respecto a la clase media, pues son los que más impacto negativo han sufrido con el mediocre desempeño económico de nuestro país en los últimos 11 años. Por si esto fuera poco, entre las 34 naciones que integran la OCDE, México se ubica en el penúltimo lugar en la calidad de vida que ofrece a sus habitantes.

Al margen del optimismo y la negación sistemática. Esta situación cambiará hasta que tengamos menos monopolios públicos y privados; arreglos institucionales más adecuados entre sindicatos, empresas y gobierno; y una mayor transparencia en el origen, uso y aplicación de los recursos públicos. Cuando podamos depender menos de los precios del petróleo y cuando por fin los impuestos sean equitativos. Cuando haya menos informales… ese día llegaremos a cambiar esta enorme desigualdad que impera en nuestro país.

En materia económica en México ni todo está muy bien, como dice el ejecutivo, pero tampoco todo está muy mal, como lo pregona la oposición. Lo que tenemos es un país dividido y entrampado políticamente y ese es nuestro estigma histórico.

¿Qué hace cada uno de los involucrados para cooperar y cambiar esta situación? ¿Qué hacemos todos?


lunes, 9 de mayo de 2011

Democracia y Comercio Mundial en Durango

En mi anterior colaboración, a propósito de las críticas dirigidas a la gira que realizó el Gobierno del Estado con funcionarios de gobierno y representantes de las principales cámaras empresariales de la entidad hacia China, resalté lo importante que es establecer una agenda o estrategia de promoción económica para atraer inversiones del extranjero, pero más interesante aún, es direccionarla hacia mercados que muestran mayor dinamismo y crecimiento, y en los que existan posibilidades de comerciar y aprender, como es el caso de los mercados asiáticos, de Sudamérica ó Europa.

Al margen de esa agenda de promoción (supongo que China fue el inicio de “algo” en este sentido), en esta entrega, abordaré desde la perspectiva ciudadana un par de conceptos que pueden explicar en mayor o menor medida el rezago observado en la participación social y desde la sociedad civil en nuestro estado.

Me refiero a los conceptos de Democracia y al interés por el Comercio Mundial desde el punto de vista de los ciudadanos que, explica, en parte, el atraso relativo de Durango respecto a otras entidades del país, en temas como la participación política, el desarrollo institucional, la alternancia política; o aquellos relacionados con el comercio mundial, el pago de impuestos ó, el rechazo u oposición de ciertos sectores de los ciudadanos a la competencia, lo que implica aversión por recibir empresas extranjeras o de otras entidades del país.

Para ello, tomaré en cuenta los resultados de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que nos Une y Divide a los Mexicanos (ENVUD) de cara a la próxima década. El estudio fue auspiciado por el Grupo Financiero BANAMEX, la Fundación Este País y diversas casas encuestadoras de gran reputación en México. http://estepais.com/site/wpcontent/uploads/2011/04/Banamex.pdf

Para el diseño de la encuesta partieron de las siguientes premisas: ¿Cuáles son los objetivos que buscamos como sociedad y como país para los próximos diez años? ¿Estamos dando pasos correctos para llegar a esos objetivos? ¿Cuáles son los asuntos más urgentes que deben atenderse? ¿Qué nos une y qué nos divide como nación? ¿Podemos trabajar juntos?

En este contexto, los resultados de la ENVUD son muy interesantes. Abren la posibilidad de delinear los objetivos que los mexicanos se plantean para el país en esta nueva década y la posibilidad de ver las diferencias en puntos de vista no solamente por subgrupos sociales sino incluso por entidad federativa. Esto último le da a la ENVUD un valor especial y la distingue de otros estudios de valores realizados en México.

Por una limitante de espacio, me referiré solo a un par de conclusiones concretas: 1) Objetivos concretos en los que nos tenemos que enfocar en los próximos diez años como país; y 2) Aquellos temas que son de coincidencia entre los mexicanos.

1) Objetivos concretos como país a 10 años.
No hay consenso acerca de las metas que el país debe fijarse para esta década. Las más mencionadas incluyen el desarrollo económico, la seguridad social, la democracia y la legalidad. Sin embargo, si agrupamos las dos primeras como metas que tienen que ver con el bienestar y las otras dos como metas relativas al funcionamiento institucional, claramente la mayoría de los mexicanos prefiere las primeras sobre las segundas. Es decir, 61% de los mexicanos considera el Bienestar económico (economía + bienestar) antes, que Funcionalidad institucional (Legalidad + democracia) con 39%.

2) Temas de acuerdo: democracia y comercio mundial.
Los resultados de la ENVUD indican, también, las áreas en las que se observa un nivel de apoyo mayoritario. En primer lugar destaca la democracia (78%) del apoyo ciudadano, y el comercio mundial (61%).

Con respecto a la democracia y al comercio mundial pero desglosado por entidad federativa (Ver Gráfica 1) hay información contrastante y reveladora para Durango. Puede observarse que en general, en el país, el apoyo a la democracia y al comercio mundial van de la mano; es decir, se relacionan directamente: el que apoya la democracia es normal que apoye el comercio mundial. Quintana Roo, Yucatán y Chihuahua destacan como las entidades donde el apoyo a ambas áreas es el más alto, en Sonora y Guerrero, se observa el menor nivel de apoyo al comercio mundial, mientras que en Durango tristemente se da el apoyo más bajo en cada caso.

Las diferencias observadas en este gráfico requieren un mayor análisis que permita determinar el grado en que éstas se explican por los patrones de comercio y por los niveles de democratización en las entidades. Claramente, en nuestra entidad, la cual ha sido gobernada por el mismo partido durante 80 años (PRI), persiste un tufo de cultura antidemocrática y de proteccionismo en los ciudadanos y en algunos grupos de la clase empresarial local. Supone, también, el grado de atraso en la oposición: no existe y no ha existido un discurso o partido de oposición consistente. Para mi gusto, esto explica, en parte, nuestro atraso sistemático y ancestral en estos y otros rubros.

Insisto, el nivel de apoyo mostrado por los duranguenses en esta encuesta a la Democracia y el interés por el Comercio Mundial, explica, en parte, el atraso relativo de Durango respecto a otras entidades del país.

Menudo reto tiene el gobierno y el partido que nos gobierna para cambiar esta perspectiva existente entre los ciudadanos. Interesante oportunidad para que se genere una oposición real y consistente. Esto es un tema que nos obliga a reflexionar desde la trinchera en donde nos desempeñamos.


Leonardo Alvarez

¿Por qué promover? ¿Por qué a China?

La promoción es una condición necesaria para el crecimiento y desarrollo en cualquier actividad, en cualquier negocio y en cualquier país. Sencillamente, quien no se promueve, no vende. Quien no explora mercados, no aprende. Quien no compara, no puede competir.

No hace falta ahondar mucho en los beneficios que trae la promoción económica: mayor competencia, más eficiencia, más y mejores productos, satisfacción del cliente, y una notable posibilidad de innovar y adoptar diferentes estrategias y capacidades tecnológicas y productivas.

Obviamente, para aquellas personas y empresarios obtusos, poco competitivos, negados a la innovación y al cambio, parece reprobable la promoción que hace el gobierno en el extranjero. En ellos, además de criticar las actividades de promoción, encontramos expresiones como: ¿Cómo es posible que les den facilidades a los extranjeros? ¿Por qué permiten la entrada de tiendas comerciales extrajeras? ¡¡¡¡Prohíban los OXXOS porque desaparecerán las tienditas!!!! ¡¡¡Los chinos nos invadirán con piratería!!!! ¡¡¡Se fueron a pasear y no a trabajar!!!

Todo lo anterior es falso y además lamentable, se basa en supuestos ideológicos mentales que no permiten la evolución del ser humano y mandan mensajes erróneos para las nuevas generaciones. Sobre todo porque lo que requerimos es arraigar la cultura del emprendurismo que impulse cambios, que genere empresas y que saque de la miseria y de la abulia a jóvenes y nuevas generaciones.

El gobierno ismaelita, diseñado para focalizar recursos para el desarrollo social y de infraestructura que le granjearan popularidad y votos --y “tal vez” porque no había recursos para todo--, rompió con una agenda agresiva en promoción económica que a partir del sexenio de Maximiliano Silerio y posteriormente con Ángel Sergio Guerrero Mier, dio frutos para nuestra entidad en materia textil, metalmecánica, minería, en autopartes y modernización comercial. Esta nueva etapa --esto deben explicárnoslo claramente--, debe ser el inicio de un nuevo plan estructurado para promover la entidad. En un mundo global y competitivo como el de ahora es la única alternativa para sobrevivir y destacar.

Por otra parte, otra de las obligaciones de las oficinas de promoción y desarrollo económico es precisamente elevar el capital empresarial de la región. Si la capacidad empresarial local se centra en la tradición familiar, en el proteccionismo, en los negocios al amparo del poder político, a los pequeños monopolistas locales (slimitos estatales) y a la tradición localista insuficiente y que por años nos ha mantenido en el atraso, la mejor manera de cambiar esta inercia es precisamente invitando a la competencia, atrayendo empresas extranjeras que impacten la forma de pensar tradicional de funcionarios, líderes de opinión y dueños de empresa. En este sentido, ¡¡¡Que bueno que fue un séquito de empresarios acompañando al Gobernador!!! Ojala aprendan algo y nos sorprendan innovando y mejorando sus procesos y empresas. En ellos sí existe un compromiso más fuerte con Durango porque son los que generan empleos. Por lo menos que desquiten el pasaje.

Ahora bien, la pregunta del millón que implícitamente se ha vuelto una crítica al Ejecutivo estatal en los últimos días: ¿Por qué precisamente a China?

Aunque a los responsables de las principales oficinas de desarrollo económico local (SEDECO y Desarrollo Económico Municipal), les pase de noche y no lo sepan explicar: la respuesta es que existe una lógica eminentemente económica.

El mercado de Asia, en general y, concretamente China junto con India, Rusia, el mercado sudamericano liderado por Brasil, y la Comunidad Europea, en ese orden, son actualmente los protagonistas del comercio mundial. Esto se acentuó por efecto de la crisis económica reciente y porque en la última década han crecido a tasas promedio de entre 5 y 10% anualmente. Por ello, es indispensable buscar mercados alternativos a los Estados Unidos.

La evidencia estadística demuestra que entre el año 2001y 2006, con la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), superó a Canadá, Japón y México como principal proveedor de Mercancías y Bienes Manufacturados exportados hacia los Estados Unidos (EUA). Actualmente, después de la crisis de 2009 y 2010, es un monstruo que demanda y exporta mercancías y manufacturas en el mundo.




Queda perfectamente claro que a los chinos no les podemos competir en costos o tecnología pero sí podemos aprender y comerciar con ellos. La ubicación geográfica es nuestra mejor arma; además, constituye un mercado de más de mil 500 millones de habitantes.

La promoción es una condición necesaria para el crecimiento y desarrollo en cualquier actividad, en cualquier negocio y en cualquier país. El mercado de Asia, en general y, concretamente China junto con India, Rusia, el mercado sudamericano liderado por Brasil, y la Comunidad Europea, en ese orden, son actualmente los protagonistas del comercio mundial.

Hay que observarlos, copiarlos, aprenderles.


Leonardo Alvarez

Menos retórica y más acción

Hoy, que nos encontramos en la era del IPAD y las comunicaciones en tiempo real a velocidades insospechadas; en tiempos en donde abunda la violencia en las calles, los secuestros, la indiferencia de las autoridades y la corrupción desbordante que las caracteriza, sobre todo, en áreas de seguridad; tiempos donde lo mismo se ven “alianzas impúdicas” en partidos (PAN-PRD) y hasta en empresas antagónicas (Televisa-TV Azteca) por controlar sus mercados; hoy, precisamente cuando México necesita de acciones concretas es cuando más incertidumbre tenemos los ciudadanos.

El desanimo general, la moral ciudadana por cuestiones de inseguridad, pobreza, corrupción, desempleo, es desbordante. Y el problema actual es la cerrazón y la parálisis política que se multiplica por todas partes. Estamos estancados en discusiones políticas y eso es frustrante para los ciudadanos. De hecho, en la práctica hay un exceso de diagnósticos sobre la situación del país que lo único que nos hace preguntarnos es por qué no se hacen cambios si ya sabemos lo que está mal.

Por ejemplo, el Índice de Percepción de Corrupción 2010 muestra que casi el 75% de los 178 países incluidos en el índice obtuvieron una puntuación inferior a cinco en una escala de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 10 (percepción de bajos niveles de corrupción), lo que indica que existe un grave problema de corrupción. México bajó nueve lugares en el índice de Percepción. En el 2009 ocupaba el lugar número 89 de la lista y tenía una calificación entre 3.2 y 3.5 sobre 10, mientras que en 2010 ocupó el 98, junto con Egipto y Burkina Faso. La calificación global del país en el 2010 fue de 3.1. http://www.consulta.mx/Estudio.aspx?Estudio=ti-corrupcion-2010

El Índice de Prosperidad del Instituto Legatum del Reino Unido señala que México se ubica en el lugar 53 de 110 países, por debajo de países como Chile, Costa Rica, Panamá, Argentina, Trinidad y Tobago y Brasil. La posición que el país tenía el año pasado ahora la ocupa Arabia Saudita, que avanzó ocho lugares en el ranking. El primer lugar lo ocupa, por segundo año consecutivo, Noruega y el último, también por segundo año consecutivo, Zimbawe.

Los resultados de la encuesta, que evalúa las características del bienestar en cada país y su situación económica, señalan que problemas de inseguridad, obstáculos para las oportunidades de desarrollo y deficientes resultados terminales en el sistema educativo, entre otros, determinaron que haya descendido la calificación del nivel de prosperidad de la población mexicana. http://www.prosperity.com/downloads/2010ProsperityIndexRankingsTable.pdf

Con respecto a la economía, a pesar del repunte del empleo anunciado de poco más de 670 mil empleos generados respecto a marzo de 2010, y de acuerdo a las perspectivas de crecimiento tanto de Hacienda como de Banco de México, que oscilan entre 4.5 y 5% para 2011 y 2012, con base en cifras de la última encuesta de Consulta Mitofsky sobre expectativas ciudadanas, en los mexicanos aún persiste una expectativa poco favorable para el futuro económico del país: el 83.8% considera que hoy las cosas están peor que hace un año contra 14.9% que considera que han mejorado. Lo peor del asunto de las expectativas está en lo futuro: 73.2% de los mexicanos considera que la economía empeorará y 21.5% que será mejor el próximo año. http://www.consulta.mx/Docs/FusionCharts/EPG_M2.pdf

Concuerda, incluso, al sentimiento (frustración) presidencial demostrado cuando solicitó a los ciudadanos una mejor actitud respecto a su percepción en cuanto a salir a consumir y a detonar las ventas en la economía, todo esto paralelo a los incrementos de las gasolinas y la expectativa inflacionaria que, según parece en febrero y marzo se frenó después de un año muy incierto y con altibajos.

En este contexto, requerimos menos retórica y más acciones. Un escenario en el cual la incertidumbre pesa y pone una fuerte presión a los políticos, puesto que se avecinan elecciones: persiste un enorme vacío de justicia y de voluntad política y si quieren que los ciudadanos acudan a las urnas, tendrán que formalizar compromisos concretos, acciones reales y contundentes para cambiar esta percepción. ¿Cuáles son sus compromisos? ¿Cómo pasar del debate estéril a la acción precisa, contundente? ¿Qué pasará con la reforma política en la Cámara de Diputados?

El desanimo general, la moral ciudadana por cuestiones de inseguridad, pobreza, corrupción, desempleo, es desbordante. Y el problema actual es la cerrazón y la parálisis política que se multiplica por todas partes, lo mismo en los municipios, los estados o la federación; no se diga en el Congreso y el Senado. Se habla de Reformas, de acuerdos y ahí están…., pero estancados, paralizados, como esperando a que nos hagamos pedazos para actuar en consecuencia.

En la práctica hay un exceso de diagnósticos sobre la situación del país que lo único que nos hace preguntarnos es por qué no se hacen cambios si ya sabemos lo que está mal. Estamos estancados en discusiones políticas y eso es frustrante para los ciudadanos.

Cuidado con eso!!! Señores políticos.


Leonardo Alvarez