lunes, 9 de mayo de 2011

Menos retórica y más acción

Hoy, que nos encontramos en la era del IPAD y las comunicaciones en tiempo real a velocidades insospechadas; en tiempos en donde abunda la violencia en las calles, los secuestros, la indiferencia de las autoridades y la corrupción desbordante que las caracteriza, sobre todo, en áreas de seguridad; tiempos donde lo mismo se ven “alianzas impúdicas” en partidos (PAN-PRD) y hasta en empresas antagónicas (Televisa-TV Azteca) por controlar sus mercados; hoy, precisamente cuando México necesita de acciones concretas es cuando más incertidumbre tenemos los ciudadanos.

El desanimo general, la moral ciudadana por cuestiones de inseguridad, pobreza, corrupción, desempleo, es desbordante. Y el problema actual es la cerrazón y la parálisis política que se multiplica por todas partes. Estamos estancados en discusiones políticas y eso es frustrante para los ciudadanos. De hecho, en la práctica hay un exceso de diagnósticos sobre la situación del país que lo único que nos hace preguntarnos es por qué no se hacen cambios si ya sabemos lo que está mal.

Por ejemplo, el Índice de Percepción de Corrupción 2010 muestra que casi el 75% de los 178 países incluidos en el índice obtuvieron una puntuación inferior a cinco en una escala de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 10 (percepción de bajos niveles de corrupción), lo que indica que existe un grave problema de corrupción. México bajó nueve lugares en el índice de Percepción. En el 2009 ocupaba el lugar número 89 de la lista y tenía una calificación entre 3.2 y 3.5 sobre 10, mientras que en 2010 ocupó el 98, junto con Egipto y Burkina Faso. La calificación global del país en el 2010 fue de 3.1. http://www.consulta.mx/Estudio.aspx?Estudio=ti-corrupcion-2010

El Índice de Prosperidad del Instituto Legatum del Reino Unido señala que México se ubica en el lugar 53 de 110 países, por debajo de países como Chile, Costa Rica, Panamá, Argentina, Trinidad y Tobago y Brasil. La posición que el país tenía el año pasado ahora la ocupa Arabia Saudita, que avanzó ocho lugares en el ranking. El primer lugar lo ocupa, por segundo año consecutivo, Noruega y el último, también por segundo año consecutivo, Zimbawe.

Los resultados de la encuesta, que evalúa las características del bienestar en cada país y su situación económica, señalan que problemas de inseguridad, obstáculos para las oportunidades de desarrollo y deficientes resultados terminales en el sistema educativo, entre otros, determinaron que haya descendido la calificación del nivel de prosperidad de la población mexicana. http://www.prosperity.com/downloads/2010ProsperityIndexRankingsTable.pdf

Con respecto a la economía, a pesar del repunte del empleo anunciado de poco más de 670 mil empleos generados respecto a marzo de 2010, y de acuerdo a las perspectivas de crecimiento tanto de Hacienda como de Banco de México, que oscilan entre 4.5 y 5% para 2011 y 2012, con base en cifras de la última encuesta de Consulta Mitofsky sobre expectativas ciudadanas, en los mexicanos aún persiste una expectativa poco favorable para el futuro económico del país: el 83.8% considera que hoy las cosas están peor que hace un año contra 14.9% que considera que han mejorado. Lo peor del asunto de las expectativas está en lo futuro: 73.2% de los mexicanos considera que la economía empeorará y 21.5% que será mejor el próximo año. http://www.consulta.mx/Docs/FusionCharts/EPG_M2.pdf

Concuerda, incluso, al sentimiento (frustración) presidencial demostrado cuando solicitó a los ciudadanos una mejor actitud respecto a su percepción en cuanto a salir a consumir y a detonar las ventas en la economía, todo esto paralelo a los incrementos de las gasolinas y la expectativa inflacionaria que, según parece en febrero y marzo se frenó después de un año muy incierto y con altibajos.

En este contexto, requerimos menos retórica y más acciones. Un escenario en el cual la incertidumbre pesa y pone una fuerte presión a los políticos, puesto que se avecinan elecciones: persiste un enorme vacío de justicia y de voluntad política y si quieren que los ciudadanos acudan a las urnas, tendrán que formalizar compromisos concretos, acciones reales y contundentes para cambiar esta percepción. ¿Cuáles son sus compromisos? ¿Cómo pasar del debate estéril a la acción precisa, contundente? ¿Qué pasará con la reforma política en la Cámara de Diputados?

El desanimo general, la moral ciudadana por cuestiones de inseguridad, pobreza, corrupción, desempleo, es desbordante. Y el problema actual es la cerrazón y la parálisis política que se multiplica por todas partes, lo mismo en los municipios, los estados o la federación; no se diga en el Congreso y el Senado. Se habla de Reformas, de acuerdos y ahí están…., pero estancados, paralizados, como esperando a que nos hagamos pedazos para actuar en consecuencia.

En la práctica hay un exceso de diagnósticos sobre la situación del país que lo único que nos hace preguntarnos es por qué no se hacen cambios si ya sabemos lo que está mal. Estamos estancados en discusiones políticas y eso es frustrante para los ciudadanos.

Cuidado con eso!!! Señores políticos.


Leonardo Alvarez



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