martes, 14 de diciembre de 2010

2010: ¿Año de la recuperación?

No cabe duda que en 2010 hemos recuperado algo del terreno perdido en materia económica. Y la realidad de las cosas es que, así como la crisis vino de afuera, es pertinente decir que el repunte o recuperación también llegó de afuera. La demanda de manufacturas desde los Estados Unidos, liderada por el sector automotriz, fue el principal causante.

Es preciso comentar que nuestra clase política, incluidos el poder ejecutivo, legislativo, y todos los partidos políticos por igual, nos recetaron un 2010 lleno de inamovilidad y discursos políticos. Mucho ruido y pocas nueces, diría mi abuelita. Un ejemplo claro fue el pacto para no modificar la miscelánea fiscal de 2011.

Los impuestos, o mejor dicho, la política fiscal de México está alineada a la recaudación de ingresos públicos pero no hacia la generación de incentivos para crecimiento económico. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México se contentan con la aparente “estabilidad de precios”, pero el consumo, la inversión y los salarios, siguen deprimidos.

Es cierto lo que anuncia el Ejecutivo: recuperamos empleos. ¡Esto es una buena noticia! Al cierre de noviembre, de acuerdo a datos del IMSS, existen 962,463 empleos generados en lo que va de 2010; de los cuales 64.4% (619,828) son permanentes y 35.4% (342,635) son eventuales. Es una cifra digna de anunciarse. Si nos comparamos contra el fatídico año 2009, hemos recuperado 757,108 empleos, pero insisto, esto ha sido gracias a la demanda de exportaciones.




Mantenemos una enorme dependencia de las fluctuaciones externas y, precisamente hoy que Estados Unidos se desacelera y entra en una etapa de “estanflación”; y que, Europa tiembla financieramente por los problemas de Irlanda, Portugal y España, nuestro mercado interno sigue deprimido.

De acuerdo a datos del INEGI y del Banco de México, a pesar de la buena expectativa de los analistas económicos respecto a 2011, los consumidores y los productores no están respondiendo favorablemente al mercado: los ciudadanos consumen con cautela bienes de uso básico o indispensable; y los empresarios invierten con reservas porque hay incertidumbre por la carga impositiva desigual, el comercio informal y el incremento a los combustibles y otros bienes y servicios.


En materia de crecimiento económico tenemos más o menos buenas noticias. La expectativa general, con la que coinciden numerosos analistas, es que creceremos 5% al cierre de 2010.

Sin embargo, de acuerdo a la estrepitosa caída del PIB durante 2009 (-6.5%), la Brecha del Producto es de -1.5%; es decir, si restamos el incremento de 5% a la caída de -6.5% del año pasado, en 2010, apenas estamos regresando a niveles de -1.5% en el Producto Interno Bruto.


Para el próximo año se espera que nuestro PIB crezca a razón de 3%, a este ritmo, estaríamos llegando a nuestra producción óptima hasta finales de 2012 y es, hasta entonces, cuando nuestro país retomará la senda de crecimiento que se cortó el año pasado.

No cabe duda que en 2010 hemos recuperado algo del terreno perdido en materia económica. Y la realidad de las cosas es que, así como la crisis vino de afuera, es pertinente reconocer que el repunte o recuperación llegó también de afuera. No estamos haciendo mucho por ensanchar nuestro mercado interno.

Leonardo Alvarez
@leon_alvarez

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