domingo, 2 de septiembre de 2007

Implicaciones de las cifras poblacionales.

La población es uno de los principales ejes de la política pública de cualquier país. Conocer la cantidad y características de la población es el punto de partida para la toma de decisiones en materia de política pública. En nuestro país, el referente principal sobre la materia es el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y para medir los cambios poblacionales realiza un Censo general cada diez años y un Conteo poblacional en medio de estos ejercicios, también, cada diez años. El más reciente fue el “II Conteo de Población y Vivienda 2005”.

Por sus implicaciones de política pública, los resultados del Conteo trascienden el aparentemente simple proceso de contabilización de quienes habitan en el país, y permite renovar la comprensión de la realidad nacional e internacional por medio de múltiples indicadores que cambian al incluir nuevas cifras poblacionales: indicadores de riqueza como el PIB; la dinámica y condiciones de salud del país; los flujos de comercio mundial; o simplemente los criterios de asignación de participaciones federales. En esta entrega, a partir del análisis poblacional de nuestro país, trataré de ilustrar algunas de estas implicaciones que se derivan de estos cambios en nuestra población.

Primero, analicemos la población total de nuestro país comparándola a nivel mundial. En este contexto ocupamos el lugar número 11 y tal parece que nadie está en condiciones de disputarle el primerísimo lugar a China, o incluso el segundo lugar a la India. Para las grandes empresas y consorcios internacionales, el futuro del mundo es hacer negocios con el mercado asiático. No es novedad que en este siglo XXI y en plena globalización, China haya revolucionado el comercio y el consumo mundiales. (Cuadro 1)




De este cuadro, deducimos que México ocupa el segundo lugar en Latinoamérica sólo por debajo de Brasil. Seguramente le seguirán Argentina, Uruguay y Chile. Por ello, es entendible porque Luis Inacio Lula Da Silva le da tanta importancia a nuestro país y lamentablemente, los mexicanos sólo nos concentramos en el TLC. Los flujos de comercio mundial apuntan para el pacífico: China, Japón, Corea, Taiwán; o para Europa: Alemania, Francia, España; y por qué no para Sudamérica.

Ahora analicemos la población nacional y su distribución por entidad federativa. Por el número de habitantes destacan los 5 primeros estados de la República: Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco y Puebla, los cuales representan el 40.6% de la población total del país. Esto significa que en estas cinco entidades de la república se concentra alrededor del 50% del presupuesto gubernamental federal. (Cuadro 2).

Se puede identificar un segundo grupo de entidades (de entre 3 y 5 millones de habitantes) que agrupan 29.3% de la población total: Guanajuato, Chiapas, Nuevo León, Michoacán, Oaxaca, Chihuahua, Guerrero y Tamaulipas.

Un tercer grupo de entidades con más de 2 y menos de tres millones de habitantes, concentran 16.5% de la población: Baja California, Sinaloa, Coahuila, San Luis Potosí, Sonora, Hidalgo y Tabasco.

Por su parte, las entidades que tienen más de uno y menos de dos millones de habitantes; reúnen sólo 10.8% de la población: Yucatán, Morelos, Querétaro, Durango, Zacatecas, Quintana Roo, Tlaxcala y Aguascalientes.
Finalmente, -allá lejos- se ubican cuatro entidades con menos de un millón de habitantes que reúnen tan sólo 2.7% de la población total del país: Nayarit, Campeche, Colima y Baja California Sur.

Con estas cifras nos damos cuenta que la labor del Ejecutivo Federal no es tan sencilla a la hora de distribuir los recursos públicos, y por ello utiliza la población como una referencia para realizar comparaciones ponderadas, pues le permite conocer la dimensión de un indicador en función de la cantidad de personas que habitan una localidad, un país o región.
Por otra parte, debido a los cambios en las cifras poblacionales, es de esperar que los recursos que la federación transfiere a las entidades federativas aumenten o disminuyan según el cambio poblacional en cada entidad. En promedio, más del 80% de los ingresos totales de las entidades federativas provienen de las transferencias de recursos federales por medio de las llamadas “Participaciones Federales”. (Durango 93%) Como son: Ramo 28, Ramo 33, el Programa de Apoyo para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (PAFEF), el Fondo de Apoyo a la Educación Básica y Normal (FAEB), y los Convenios de Descentralización del presupuesto de egresos de cada año.
De modo que el nivel poblacional y sus variaciones sugieren que las entidades con más población y mayor crecimiento poblacional en los últimos años, se podrían beneficiar en mayor medida que el resto de las entidades con los recursos provenientes de las participaciones federales.
Según la “Ley de Coordinación Fiscal” del 10 de febrero de 2005 -dato más reciente que tengo a la mano- los criterios de asignación de las participaciones federales a las entidades federativas son los siguientes:
  • 45.17% del total del Fondo se debe repartir en proporción a la población de cada entidad.
  • 45.17% se debe repartir de acuerdo con la participación de los estados en los impuestos federales sobre tenencia o uso de vehículos; el impuesto especial sobre producción y servicios; y sobre automóviles nuevos.
  • 9.66% del total del Fondo en proporción inversa a las Participaciones por habitante en cada entidad, de acuerdo con los criterios anteriores.

Leonardo Alvarez es Economista y socio fundador de la empresa GD Innovaciones, S.C., cualquier comentario por favor dirigirlo a. leonardo.alvarez@gdinnovaciones.com.mx o http://leonardoengd.blogspot.com/

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