lunes, 16 de noviembre de 2009

Actividad Industrial en Septiembre

A pesar del entusiasmo presidencial y de la Secretaría de Hacienda, la actividad industrial en México no mejora. La razón, es la escaza diversificación de nuestra economía y la debacle en el consumo norteamericano de bienes duraderos.

En los últimos dos años y de acuerdo al comportamiento interanual de la actividad industrial de nuestro país, es decir, el comportamiento de la industria mensualmente, nuestra economía comenzó a padecer la inminente crisis entre febrero y marzo de 2008. Digamos que éste fue el primer indicio de que los norteamericanos modificarían los pedidos manufactureros de bienes duraderos. Pero, es entre febrero y abril del presente año que la economía mexicana tocó fondo: 12.7 y 12.5% se desplomó nuestra actividad industrial. Hoy, a pesar de que desde abril 2009 registramos un constante crecimiento en la industria, la recuperación ha sido y será, sin duda, muy lenta. Al mes de septiembre, la actividad industrial sigue contraída en (-) 5.7% en términos anuales.



Por sectores económicos el problema sigue siendo la manufactura y el sector de la construcción que no paran su caída. La industria manufacturera cayó (-)8.4%, y la Construcción (-)7.3%. Lo que nos sigue manteniendo a flote como país es el sector de La Electricidad, Agua y suministro de Gas que mostró un avance de 3.7% anual, y la Minería, que registró un incremento de 3.1%. Tal comportamiento se asoció al crecimiento de 30.5% de la producción no petrolera, y al incremento del precio internacional del oro y la plata, principalmente. (Ver grafica 3)



Sin embargo, la caída en las Industrias Manufactureras es la que menos me preocupa; a pesar de que es drástica tiene remedio en el mediano y largo plazo, por que es claro que los norteamericanos poco a poco se irán recuperando, es decir, dependemos de nuestras exportaciones y eso significa que nuestros políticos y legisladores no meterán las manos, y eso una buena noticia. Mientras más lejos estén de decisiones económicas mejor. (fig. 4)

Lo que es realmente preocupante es la industria de la construcción. El problema en este sector es muy serio por que aquí sí intervienen decisiones políticas para asignar los presupuestos en: programas de obra pública, carreteras, complejos turísticos, puertos, refinerías, programas de desarrollo empresarial. Normalmente, los políticos en cuestiones de obra pública, toman decisiones para favorecer a grupos rentistas. En un entorno fiscal adverso como el que vivimos, con un gobierno federal débil y sin visos de materia gris para resolver problemas, y con entidades federativas con enromes necesidades y poder político, las finanzas públicas no generan incentivos para la generación de riqueza, al contrario, acentúan la pobreza. Ojala me equivoque. (Ver Figura 5)

Mientras tanto, por la escaza diversificación y la debacle en el consumo norteamericano de bienes duraderos, la actividad industrial de México no mejora, a pesar del entusiasmo mostrado por el presidente y la Secretaría de Hacienda.

Leonardo Alvarez

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