domingo, 29 de julio de 2007

La Contribución Económica a Tasa Única (CETU)

Como ya lo apuntaba en la colaboración de hace una semana, hoy trataré de explicar de manera general los principales argumentos de la Secretaría de Hacienda al proponer la Contribución Empresarial a Tasa Única, mejor conocida como (CETU). Era de esperarse que diversos sectores se opusieran fervientemente ya que se trata de una iniciativa eminentemente recaudatoria y anti-evasiva. Es novedosa, no cabe duda, pero es eminentemente anti-evasiva de impuestos. Y eso, señores míos, significa que el gobierno pise los talones de grupos empresariales poderosos…

Entre los sectores que ya se pronunciaron en contra están: las universidades privadas, el sector empresarial por su puesto, y esta semana destacan las organizaciones autorizadas para dar recibos por donativos deducibles de impuestos, como los son: la Cruz Roja, las casas de hogar para niños huérfanos y ancianos mayores, o las instituciones que ayudan a las personas con capacidades diferentes, entre las más conocidas. La señora Gabriela López de Hernández, como Presidenta del DIF estatal, ha de estar muy pero muy preocupada por ello.

En este sentido, destaca el artículo de Federico Reyes Heroles del 24 de julio en el periódico Reforma, titulado “Tocqueville con insomnio”, donde explica y defiende lo que la sociedad civil “puede hacer” y “hace” por un país cuando está organizada, especialmente cuando se trata de asuntos que tienen que ver con las clases desprotegidas y el medio ambiente. Según su postura, el nuevo impuesto, afectaría significativamente a estas organizaciones, y de manera indirecta, le restaría poder distributivo al dinero de la sociedad vía donativos de grandes empresas, que por cierto, muchas de ellas abusan de esta excepción fiscal haciendo cuestionable su filantropía. Pero ese análisis “social” lo dejamos para otra entrega. Volvamos a la CETU.

Lo que sigue ahora es el debate parlamentario que debe darse en el Congreso y en el Senado para definir los términos y enriquecer la CETU con cada una de las opiniones de los sectores. El principal argumento de los afectados es que de implementarse la CETU tal como está, se verán obligados a incrementar el precio de sus productos y servicios, y además, despedirán empleados; como si esto fuera una novedad. Desde que tengo conciencia, el empresario siempre incrementa sus precios o despide empleados para no perder.

De modo que, en los próximos días veremos la contribución de los diputados y senadores a este nuevo impuesto, y esperemos que lo hagan rápida y despolitizadamente. Como afirma Agustín Carstens (El Economista; 25/junio/07): “…el Congreso se ha dado a la tarea de perfeccionar la CETU, atendiendo inquietudes de sectores específicos, debido a la naturaleza novedosa de este impuesto…” Ojala que por escuchar las amenazas y reproches del sector fuerte de los empresarios, no vayamos a caer en una CETU parchada, complicada por excepciones como el IVA o el ISR, y lo peor, termine siendo un debate más político que económico, tal como ha sucedido antes.

Pero qué es y de donde parte la CETU:

Como país contamos con cuatro impuestos principales: el Impuesto sobre la renta (ISR), el impuesto al valor agregado (IVA), el impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS), y el impuesto a las importaciones.
El IVA y el ISR explican más del 90% de nuestra recaudación. Ambos se caracterizan por tener bases angostas, muchas excepciones, y como resultado, su cumplimiento es sumamente complejo. En el IEPS y las importaciones, la recaudación se ha reducido i) conforme varios productos y servicios han sido eliminados de la base del IEPS y ii) a partir de la apertura comercial en la que estamos inmersos.

La CETU plantea sustituir el impuesto al activo, y pretende cerrar espacios a la evasión, la elusión y a los privilegios fiscales que hoy existen –por eso duele a los empresarios-. La contribución, en su caso, será pagada por las empresas y por las personas físicas con actividad empresarial, interactuando con el ISR que por lo visto tenderá a la desaparición (no definido todavía).
La base gravable de la contribución es la diferencia entre los ingresos y los gastos del contribuyente y se calcula sobre una base de efectivo. La tasa propuesta sobre esta base es de 19%.

La CETU parte de reconocer que como estamos inmersos en un sistema de mercados internacional, no podemos depender o descansar en impuestos especiales o en impuestos a las importaciones. Por lo tanto, nuestro país tendrá que trabajar esquemas vinculados a fortalecer el ISR y el IVA con objeto de tener una base tributaria más amplia. ¿Por qué la SHCP justifica esto?:

1.- Porque contamos con una recaudación sumamente baja de IVA e ISR comparada con países desarrollados e incluso menos desarrollados que el nuestro. (Cuadros 1 y 2).









2.- Por que se estima que la recaudación fiscal es sólo de 27% de la recaudación potencial, o 3% del PIB, colocándose por encima del nivel observado en los países con mejores prácticas (15% PIB). El grado mayor de evasión fiscal es registrado en el ISR en el rubro de arrendamiento, personas físicas con actividad empresarial o servicios profesionales, y en las empresas. (Tabla 3).


3.- Y porque se requiere de un mayor esfuerzo de fiscalización y control. El número de contribuyentes activos localizados por el SAT es menor que el potencial (Cuadro 4).


Este criterio puede ser interpretado para justificar una cacería de brujas, pero lo cierto es que los contribuyentes nos ponemos fácilmente de acuerdo para evadir, pero no para pagar. ¿Quiere factura? ¿Necesita recibo de honorarios?

Me queda claro que en materia tributaria el reto de nuestro país es sentar las bases para alcanzar una estructura tributaria sana que permita con el tiempo sustituir los ingresos petroleros, y satisfacer los compromisos de deuda y las necesidades urgentes de infraestructura social y física de México.

Lo que propone el gobierno federal es que en los siguientes tres años se recauden 1.8 puntos porcentuales del PIB adicionales, y que en un horizonte de lago plazo, es decir, de 20 años, a ese ritmo de recaudación, sustituir los 10 puntos de PIB que hoy están vinculados al petróleo. Eso suena coherente y creo que bien vale la pena el esfuerzo, pues nos hallamos hundidos en una típica causación circular o trampa de la pobreza: la prevalencia de un sistema fiscal raquítico e inequitativo, incapaz de atemperar la enorme concentración del ingreso, que además se perpetúa por la abismal desigualdad socioeconómica y de representación política del país.

Desde mi perspectiva, la CETU en estos momentos no equilibrará la recaudación ni ayudará a las finanzas públicas en el corto plazo. Es el principio de una serie de pasos que tiene que dar nuestro gobierno para fortalecerse financieramente, y debe aprobarse o acusará nuevamente la incapacidad de la clase política para acordar medidas para beneficiar al país. Que no es la ideal, es cierto; hay muchas acciones que se pueden realizar para aumentar la recaudación vía la simplificación administrativa, pero en aras de no entrar en discusiones nacionalistas como el IVA en alimentos y medicinas, el gobierno ha diseñado algo novedoso y eso es aplaudible. Por lo menos nos da la certeza de que están intentando cosas distintas y que no es un gobierno de saliva como el de Vicente Fox, todo indica que los efectos de la CETU se verán en los siguientes tres años.

Sin embargo, considero que al gobierno federal aún le hace falta proponer y hacer acciones recíprocas “paralelas”, es decir, si los ciudadanos, las empresas y los políticos aprobamos la CETU, ¿Cuales son los beneficios de corto plazo que está dispuesto a darnos el Gobierno Federal y los Gobiernos estatales? Necesitamos un compromiso –o varios- que representen una moneda de cambio todavía más “atractiva” para los ciudadanos de este país.

Al margen de estar demostrando que realmente castigarán a Raúl Muñoz Leos por el manejo corrupto y eterno entre PEMEX y su sindicato, eso significa que Romero Deschamps y Montemayor también pueden ser culpables…. Pero…

¿Qué pasará con los sindicatos que sangran a las grandes paraestatales como CFE, PEMEX, Luz y Fuerza del Centro, IMSS, ISSSTE o las empresas mineras?

¿Cómo vamos a confiar en este gobierno si al parecer la aprobación de la CETU se hará con una alianza entre el PRI y el PAN para despejar los estados priístas y librar los casos de Mario Marín, Ulises Ruíz, Eduardo Bours y Hank Ron?

¿Qué pasó con Montiel y Madrazo, que tienen que rendirle cuentas a Hacienda?

¿No hemos visto nada concreto para mitigar el poder monopólico de empresas como Minsa, Maseca, Telmex, Telcel, por citar sólo unos cuantos? Sólo acuerdos parciales como el pactortilla.

No obstante de que se trata de una buena propuesta, no ideal, pero es una buena propuesta, los ciudadanos tenemos que tener la certeza de que veremos nuestros impuestos reflejados en mejores hospitales, mejores carreteras, mejores servicios públicos, mejores gobiernos. Tal parece que el gobierno federal pretende condicionar la aprobación de la reforma hacendaria con el programa nacional de infraestructura, pero yo creo que debe haber algo más concreto en el corto plazo.

Aunado a ello, en el caso particular de Durango no sabemos la postura de nuestros legisladores federales: Salum, Aispuro, Herrera, Benítez, Dorador, Galván, Pacheco, Castro, Chozas, Arévalo, Aguilar, Escajeda, Quiñones, ¿Dónde están? ¿Qué opinan? ¿Qué le conviene a Durango? Ellos tienen la propuesta en sus manos y en sus intereses partidistas. Tampoco hemos escuchado nada del gobierno del estado ante la nueva fórmula de distribución fiscal… Y eso que vivimos una efervescencia por la Transparencia local. Debemos reflexionarlo seriamente.

Leonardo Alvarez es economista y socio fundador de la Empresa GD Innovaciones, S.C. Cualquier comentario dirigirlo a:
leonardoengd@gmail.com, o www.leonardoengd.blogspot.com

1 comentario:

Galis dijo...

Hola Leo, interesante colaboración para un Lunes.
Mi comentario es en dos vertientes:
Uno, realmente no confio en el éxtito como iniciativa del CETU, primero, porque en México la vida política no mana de la sociedad, sino de la inversión de los particulares, en cuyo caso será dificil que Calderón no responda a los grupos de poder de lo colocaron. Y creo realmente que de inicio debería el Gobierno Federal comenzar por cumplir unas cuantas promesas de campaña y con resultados plantear una reforma fiscal como continuidad, mi comentario va en el sentido de que la percepción de la transparencia y manejo de recursos públicos por parte de las autoridades es muy pobre y para muestra tenemos nuestro chinogate y encima el gobierno federal le pide a su población que le de más? Para poder pasar esta iniciativa creo que necesitaremos un chupacabras.