viernes, 14 de agosto de 2009

Optimismo no compartido...

De acuerdo a las recientes declaraciones sobre “indicios” de una recuperación de la economía mexicana evidenciada por la aparición de “brotes verdes” en el horizonte, enfatizado recientemente por la Secretaría de Hacienda y por el presidente Felipe Calderón, evidentemente, no debe entusiasmarnos en lo absoluto.
Si esa aseveración corresponde a los Estados Unidos, es correcta. Pero en México, por efectos de “réplica a destiempo”, esta recuperación, si bien nos va, comenzará a mediados del próximo año por un efecto de onda expansiva. Lo que sucede es que la confianza de los empresarios mexicanos sobre el manejo de la economía está por los suelos.
En julio del presente año el Índice de Pedidos del Sector Manufacturero (IPM) registró un nivel de 48.7 puntos en su serie original (50= neutro), representando una disminución de (‑)2.4 puntos respecto a la cifra de 51.1 puntos observada durante el mismo mes de 2008. Con datos desestacionalizados, el IPM mostró un incremento de 0.91 puntos, con relación a junio pasado.




Por el contrario, en la misma encuesta, el Indicador de Confianza del Productor (ICP) se situó en 37.5 puntos en el séptimo mes de 2009, nivel inferior en (‑)7.6 puntos al reportado en julio del año pasado, cuando fue de 45.1 puntos. Al comparar los datos respecto a junio, el indicador registró un crecimiento mensual de 1.62 puntos. Si comparamos el comportamiento de ambos indicadores, la confianza del productor es mucho menor que los pedidos manufactureros, lo que nos indica una gran incertidumbre del sector privado nacional y extranjero sobre el futuro económico de México.


Ante la fragilidad de las finanzas públicas de México, lo primero que se realizó fue un recorte (en dos etapas) de 85 mil millones de pesos al presupuesto 2009, y lo más probable es que los impuestos y tarifas aumentarán en cascada (cuotas en carreteras, luz eléctrica, combustibles, ietu, isr, iva…) lo que obviamente presionará a la alza la inflación y desatará desequilibrios en las tasas de interés y en el tipo de cambio.
La incertidumbre y ambigüedad en el manejo de la economía hace que definitivamente no podamos compartir el optimismo del presidente y de la Secretaría de Hacienda.


Leonardo Alvarez
leonardo.alvarez@prodigy.net.mx

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