miércoles, 19 de agosto de 2009

Actividad Industrial e Inversión Fija Bruta (Mayo-Junio 2009)

A pesar del optimismo que solo nuestras autoridades en materia económica ven, derivado del cambio de inflexión “apenas perceptible” en algunos indicadores como la generación de empleo “eventual” o la confianza del consumidor “en bienes de consumo primario” –que en julio ya no cayeron tan estrepitosamente- las noticias sobre las condiciones de nuestra endeble economía no son nada halagadoras para 2010. Sobre todo lo relacionado con el deterioro de nuestra planta industrial.

Por un lado, el INEGI reporta que la inversión que hicieron las empresas en México se desplomó 16.6% en mayo a tasa anual. Es la baja más profunda desde diciembre de 1995, cuando el indicador se hundió 25% durante la denominada "Crisis del Tequila" o “Efecto Tequila”, que se extendió a nivel global. El principal indicador de inversión, mostró que el gasto total de las empresas en maquinaria y equipo cayó 32.9% en mayo a tasa anual, por la incapacidad de las empresas para adquirir aparatos nacionales e importados.


Por otra parte, INEGI también reporta que la actividad industrial de México bajó un 10.6% en junio a tasa anual, una caída en línea con lo esperado por el mercado. El comportamiento anual de la Actividad Industrial fue resultado de la contracción en tres de los cuatro sectores que la integran. Tan solo el sector de las Industrias Manufactureras descendió (‑)15.2% en el mes de referencia, destacando el desempeño a la baja de la fabricación de equipo de transporte; industrias metálicas básicas; equipo de computación, comunicación, medición, componentes y accesorios electrónicos, y productos metálicos.



Lo que realmente es preocupante para nuestra economía es que la caída de la producción se combina con la endeble situación de nuestras finanzas públicas. Es decir, poca producción industrial=pocos impuestos=raquíticos ingresos fiscales, por lo tanto, se espera un pobre gasto público para programas contracíclicos. Esto es un resultado inevitable por la parálisis casi total de nuestra industria exportadora por el cambio en el patrón de consumo norteamericano, y una economía interna de poco arrastre.

El último pronóstico de la Secretaría de Hacienda para crecimiento del PIB en 2009 para México, es una caída de (-)10.5%, el más bajo de América Latina en los últimos 10 años. De continuar la caída en los precios del petróleo –principal ingreso del gobierno- durante todo el próximo año, sin dudarlo, esto precipitaría a México hacia la más grave recesión en 30 años. Por ello, no comparto el optimismo de nuestras autoridades gubernamentales, sobre todo en lo que se refiere a la generación de empleos formales. (Figura 7).

Me parece que nos encontramos ante una inmejorable posición para exigir y propiciar los cambios pertinentes en materia económica: las reformas estructurales que tanto necesitamos en materia de competitividad, una vocación industrial alternativa hacia el fortalecimiento del mercado interno, nuevos horizontes comerciales hacia Europa, Sudamérica y Asia, y por qué no, pensar en una nueva cultura de responsabilidad económica y financiera en nuestros propios patrones de consumo. Si no lo hacemos nosotros, seguiremos añorando crecer como lo hace Chile, Brasil o la misma Argentina. Que ellos sean nuestros cánones a seguir y no solo los norteamericanos.

Leonardo Alvarez

leonardo.alvarez@prodigy.net.mx

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