• Durango depende principalmente de dos centros urbanos que aportan el 82% de los empleos formales en la entidad, Durango y Gómez Palacio (Junio 2011).
• La ciudad de Durango genera el 45.6% de los empleos formales en la entidad.
• Mientras que Gómez Palacio aporta 36.2%
• Hasta antes de 2006, la situación era opuesta, Gómez Palacio encabezaba la generación de empleo, actualmente, ya no es así.
• De 39 municipios, hay 14 que no generan más de 50 empleos formales al año.
• Existen 6 municipios que reportan cero registros: Santa Clara, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero y Canelas.
Insisto, hay diversas lecturas e interpretaciones posibles sobre esta tabla. Es ilustrativa y nos muestra la capacidad económica real para generar empleos formales por municipio o región en nuestro estado. También, muestra el enorme reto que enfrentan los gobiernos para la correcta implementación de políticas públicas.
Sabido por todos es que los trabajadores registrados en el IMSS apenas representan entre 25-30% de la Población Económicamente Activa (PEA); es decir, solo una tercera parte del universo total de habitantes en edad de trabajar. Que existen personas que trabajan para la burocracia registradas en el ISSSTE (aproximadamente 33% de la PEA), y que hay otra tercera parte que trabaja en la informalidad ó, en el mejor de los casos, emigra para buscar oportunidades a los centros urbanos más cercanos o hacia los Estados Unidos.
Dadas las condiciones actuales de la economía local, nacional e internacional; las políticas migratorias cada vez más restrictivas de los Estados Unidos que complican el paso de connacionales para conseguir trabajo; y la creciente inseguridad pública por efectos de producción y trasiego de enervantes, nuestro país y estado están de cabeza, en la incertidumbre. Lo peor, entre que todos se culpan por el desempleo, la violencia o la inseguridad, nadie se toma en serio lo complejo de nuestra situación y actúan de todas formas, menos con lógica económica.
La ecuación es muy sencilla pero a la vez compleja para implementar: ¿Cuánto recaudo?, ¿Cuál es mi estructura de costos?, ¿Cuáles son las prioridades?, ¿Cómo lo gasto? y ¿Cuál es la capacidad real? Esta ecuación, lamentablemente, la resuelven con lógica política.
Es aquí donde se pone a prueba la capacidad de generar políticas públicas que maximicen los recursos públicos, que detonen crecimiento y desarrollo y que de una u otra manera generen condiciones mínimas de bienestar para los ciudadanos. Para ello necesitamos políticos y funcionarios con imaginación y decisión. Que corran riesgos. Comprometidos.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
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