Resulta
paradójico atestiguar cómo después de que se logró la alternancia y se accedió
a mayor competencia electoral, la credibilidad en el árbitro electoral y en
nuestra democracia es cada vez menor. Es una suerte de regresión sistemática
que ha terminado por evidenciar, para mi gusto, el mayor déficit que tiene
nuestra incipiente democracia: la generación de ciudadanía.
El tema no es menor.
Al tiempo que se erosiona la credibilidad en las instituciones electorales la
participación ciudadana en las urnas es cada vez menor. Observemos el caso de Durango entre 1994 y 2016.
@leon_alvarez
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