domingo, 13 de julio de 2014

La mejor defensa, el ataque


Por paradójico que pueda parecer, las dos últimas copas del mundo en términos futbolísticos las ha ganado el combinado de Holanda. Sí, aunque lo dude. De manera análoga, Carlos Slim tenía un as bajo la manga y a pesar de que la Ley de Telecomunicaciones lo declaró preponderante en el sector de la telefonía fija y de paga, se perfila como virtual ganador al anunciar la venta en partes de sus activos, propiciando la entrada de nuevos y más fuertes competidores a nivel local.

Claramente, Slim y el futbol holandés abrigan la filosofía en la que un ataque sistemático, con ritmo y permanente es la mejor defensa.

Permítame explicarle que, de manera indirecta, el Barcelona que durante los últimos 30 años abrazó la filosofía del futbolista holandés Johann Cruyff, permitió que el futbol español llegara a límites insospechados hasta ganar de forma consecutiva dos copas europeas de naciones y un campeonato mundial de futbol.

De la misma forma, aún y cuando Argentina o Alemania ganen el mundial de futbol 2014, la base del futbol teutón es el mismísimo Joseph Guardiola, el jugador más emblemático de la cantera Catalana y actual entrenador del Bayer Munich, base de la selección germana. Por otro lado, Lionel Messi y Mascherano, los mejores jugadores de Argentina, actualmente militan en el Barcelona español en el que ambos fueron, inclusive, entrenados por Guardiola.

No es gratuito, entonces, que en la era del estilo de juego holandés, el Barcelona, ahora sea llamado “Barcalanda”, y que, Slim y América Móvil, a pesar de la venta de activos, podrán generar la entrada de uno o varios competidores que lleguen a administrar el segundo pastel más grande en la telefonía móvil y fija de nuestro país, respectivamente. Les vuelve a cerrar las puertas a Televisa, TV Azteca, Telefónica y Iusacel. Una jugada netamente ofensiva estilo holandés.

Al respecto, en artículos anteriores he destacado el oscuro origen de Carlos Slim al amasar el poder de la telefonía al amparo de un gobierno hecho por y para amigos capitalistas. Eso, definitivamente, es deleznable. No obstante, como empresario no solo ha sabido mantener sino multiplicar el valor de sus empresas. Es ahí donde la filosofía del ataque es destacable de Carlos Slim.

Esto me remonta a un juego de futbol de 1973: la final de la copa europea de clubes entre el Ajax de Holanda y el Bayer Munich de Alemania. Por el Ajax destacaba un flaco eléctrico con el número 14 en los dorsales: Johann Cruyff; y por el Bayern: Franz Beckenbauer. Minuto 85, el partido era ganado hasta ese momento por el Bayern. Expulsan a un mediocampista holandés. La reacción del entrenador del Ajax (Rinus Michels) no fue sacar un delantero para meter un defensa y reforzarse atrás. Fue adelantar a un defensa central para quedar uno a uno contra los dos delanteros alemanes. En vez de recular, decidieron continuar al ataque. Al final, el Ajax derrotó al Bayer y se proclamó campeón de Europa. Un año después, Alemania derrotaría a Holanda en la final del mundial de 1974, en el estadio de Munich con una historia parecida, pero a la inversa.

Ese detalle, adelantar un defensa a pesar de tener un hombre menos en el campo para no ceder espacio en el ataque es lo que ha motivado mi fascinación por el futbol durante mi vida. Eso ha impulsado mi gusto por ese estilo ofensivo de los holandeses que, a pesar de ello, jamás han sido campeones del mundo, aunque lo son de forma indirecta a través de otros clubes y equipos.

Como en esta analogía, tal vez, así se concibe la fascinación por el estilo empresarial de Slim. La situación de América Móvil y la Ley de Telecomunicaciones, a mi entender, ha sido la caja de pandora que ha abierto una nueva era en las telecomunicaciones en México. Lejos, muy lejos quedará lo que ocurrió con Imevisión y Ricardo Salinas Pliego con el nacimiento de TV Azteca.

Al quitarse el “traje” de preponderante, las empresas de Carlos Slim obtendrían dos ventajas directas. La primera es que no estarían obligadas a facilitar su infraestructura sin costo a sus competidores. La segunda es que podría entrar a competir en el mercado de televisión de paga, sin tener que esperar los 18 meses que establece la legislación secundaria de telecomunicaciones. De manera simbólica, accede a una tercera ventaja, retoma la iniciativa. El ataque es la mejor defensa.

Pasa a jugar con fichas blancas y pone a todos en alerta, ante lo que será su siguiente medida: ¿a quién le venderá?, ¿qué tanto dinero reasignará a actividades de telecomunicaciones, por ejemplo, producción de contenidos o incursión a la televisión de cable?

La decisión tiene lógica financiera. Telcel tiene 70% del mercado de telefonía celular y 80% de la telefonía fija. Para quedar por debajo de 50% en ambos mercados, debería ceder alrededor de 21 millones de suscriptores que le generan alrededor de 41,800 millones de pesos anuales. Esta cifra equivale a 5.3% de los ingresos anuales de las empresas de Slim, un porcentaje similar al que debería sacrificar por la implantación de la tarifa cero de interconexión, a la que está obligado por la legislación secundaria.

Los incentivos para que Carlos Slim haga esta venta de activos se encuentran contenidos en el artículo décimo segundo transitorio del dictamen de la ley de telecomunicaciones. Son nueve páginas a las que casi nadie prestó atención, pero son fundamentales. Le ofrecen una puerta de salida a Slim y una solución interesante. http://www.ift.org.mx/iftweb/wp-content/uploads/2014/06/Ley_Federal_de_Telecomunicaciones.pdf

El Instituto Federal de Telecomunicaciones tendrá en sus manos una decisión trascendental. Ellos tienen que aprobar el plan de venta de activos de Telcel y Telmex. Esto incluye qué se vende y a quién. El IFT debe determinar que el plan reduce efectivamente la participación por debajo de 50%, que genera condiciones de competencia y que no reduce la cobertura social existente.

Los plazos previstos en el transitorio son relativamente rápidos, 20 días para que Telmex y Telcel completen la documentación que fundamenta el plan de venta, 120 días para analizar y evaluar dicho plan, prorrogables en 90 días más. Esto implica que los efectos de la venta de estos activos se podrían sentir a más tardar en 2016.

El comunicado de América Móvil a la BMV esboza a quién pretende vender Carlos Slim: “algún nuevo operador independiente de América Móvil, fuerte, con experiencia en el sector de las telecomunicaciones y con alta capacidad económica y técnica, que sea una verdadera opción para participar en este sector intensivo en capital, para superar el obstáculo de la insuficiente inversión de nuestros competidores en México”.

Esta descripción apunta a alguna empresa internacional. Se sabe que Verizon y Sprint han manifestado interés por ingresar a México, quizá ya comenzaron negociaciones. No son los únicos tiradores posibles. Están las chinas Huawei y China Mobile, la india Airtel y quizás un japonés, como Softbank. Una cosa es clara: la que se quede con los activos que Slim venda, será el número dos en el mercado mexicano. Apenas por encima de Telefónica y varias veces mayor a Iusacel o Nextel. Estoy de acuerdo con varios analistas cuando dicen que acaba de ocurrir el Bing Bang de las telecomunicaciones en México.

Claramente, Slim y el futbol holandés abrigan la filosofía en la que un ataque sistemático, con ritmo y permanente es la mejor defensa.


Por paradójico que pueda parecer, las dos últimas copas del mundo en términos futbolísticos las ha ganado el combinado de Holanda. Sí, aunque lo dude. De manera análoga, Carlos Slim tenía un as bajo la manga y a pesar de que la Ley de Telecomunicaciones lo declaró preponderante en el sector de la telefonía fija y de paga, se perfila como virtual ganador al anunciar la venta en partes de sus activos, propiciando la entrada de nuevos y más fuertes competidores a nivel local.

Leonardo Alvarez
@leon_alvarez

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