Una de las explicaciones de éstos fenómenos históricos, es la discriminación, entendida como la situación en la que, por prejuicios, a una persona o grupo de personas se les da un trato desfavorable, generalmente por pertenecer a una categoría social específica.
Paradójicamente, la discriminación como determinante de la pobreza y la desigualdad es un tema muy poco explorado. En este contexto, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y la Secretaría de Desarrollo Social realizó coordinadamente desde 2005, la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México.
En promedio, 9 de cada 10…. mujeres, discapacitados, indígenas, homosexuales, adultos mayores y pertenecientes a minorías religiosas, opina que existe discriminación por su condición.
Prácticamente, una de cada tres personas (30%) pertenecientes a estos grupos dice haber sufrido discriminación. Y el mismo porcentaje (30%) ha sido víctima de exclusión en el trabajo.
En la misma encuesta, los mexicanos perciben y reconocen que, por un lado, se observa consideración por los adultos mayores, los discapacitados, los enfermos de SIDA, e incluso por los indígenas. No obstante, se percibe menor consideración por los extranjeros, los no católicos, los homosexuales y las personas con ideas políticas distintas.
En general, todas las minorías se sienten discriminadas, pero, los dos grupos que se perciben como más discriminados son los discapacitados y los homosexuales. Algo verdaderamente inadmisible en este siglo XXI.
El punto clave del asunto es que la discriminación tiene implicaciones para el bienestar de las personas. Baste con señalar que el acceso no igualitario al mercado laboral tiene efectos sobre el ingreso y el bienestar. Es algo que hoy también es inadmisible en nuestra sociedad.
Para minimizar los efectos de la discriminación existen varios ámbitos de intervención:
Por un lado está la cuestión legal, en la cual, tenemos mucho avance, pero, podemos mejorar sustancialmente: me refiero al marco jurídico (Ley contra la Discriminación, Ley Federal del trabajo, etc.); y revisión y adecuación de programas sociales, el sistema educativo, entre otros aspectos.
Por otra parte, donde tenemos un grave atraso respecto a otros países y sociedades más tolerantes, es en garantizar la no exclusión, con mecanismos para reducir la discriminación en el mercado laboral y con la concientización y cambio cultural en la familia. Es en este aspecto nuestro enorme y más grande reto.
Por ejemplo, en el tema de la discriminación a personas con capacidades diferentes, el mexicano promedio considera, en la misma encuesta, los siguientes aspectos:
•24% acepta que los discapacitados son los que sufren más por su condición.
•22% acepta que son los discapacitados a quienes les sería más difícil conseguir un trabajo.
•65% dice respetar siempre los lugares asignados para discapacitados. (Será cierto??).
Sin embargo, el mexicano promedio sí discrimina a los discapacitados por su condición:
•41% opina que las personas con discapacidad no trabajan tan bien como las demás.
•1 de cada 3, está de acuerdo en que en las escuelas donde hay muchos niños con discapacidad, la calidad de la enseñanza disminuye.
•42% de los mexicanos está de acuerdo en que dadas las dificultades de empleo que hay actualmente en México, sería preferible dar trabajo a las personas sin discapacidad que a los discapacitados.
No cabe duda que hemos avanzado mucho en el marco legal que atiende cuestiones sobre la discriminación a personas con discapacidad y otros grupos minoritarios; sin embargo, los números y la evidencia cotidiana nos demuestra que el mexicano promedio sí discrimina a los discapacitados por su condición.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario