La carencia de esa mística social por el progreso es lo que me preocupa. En Durango, nos urge arraigar esa mítica entre nuestros jóvenes porque de ellos depende el avance de las siguientes generaciones.
En este contexto, el mes pasado se realizó en el Instituto Tecnológico de Durango (ITD) un evento masivo de difusión de la cultura empresarial, organizado por la Secretaría de Economía, denominado: “Caravana Emprendedor 2010”. Es el segundo realizado en su tipo en nuestra ciudad y los objetivos son muy claros: promover la cultura de los negocios en los jóvenes.
De acuerdo a una encuesta de 300 muestras, con un margen de error del +/- 3.5%, que realizó la empresa GD Innovaciones, el evento cumplió con las expectativas informativas de los asistentes (40%), y de no ser por el momento en el que se realiza: final de año (noviembre), cuando las reglas de operación de los programas están por concluir y los recursos públicos prácticamente se han agotado durante el ejercicio, seguramente superaría esas expectativas. Sin embargo, lo valioso del evento es la información de primera mano que arrojó:
El perfil de los asistentes se distribuyó de la siguiente forma: 73% son estudiantes, 10% empresarios; 7% declaró ser empleado; 6% académico; y 4% resultaron ser funcionarios de gobierno. Es decir, gran cantidad de jóvenes interesados.
El 76% de las personas asistieron al evento porque desean iniciar un negocio; sin embargo, lo dramático de este asunto es que de éste porcentaje, dos terceras partes (63%), declaró que no tenía claro qué tipo de negocio deseaba emprender. El 16% de los asistentes tiene la intención de hacer crecer su negocio; y 8% no manifestó algún interés en particular. Es amplio el deseo de iniciar un negocio, pero también existe un gran desconocimiento sobre qué negocio hacer. Primer dato relevante.
Al pasar de la intención de emprender al problema de emprender, al cuestionar a los entrevistados ¿Qué es lo que requieren para iniciar un negocio? En primera mención: 63% declaró que es el financiamiento; 20% la asesoría; 11% consideró que es la capacitación; y 16% lo dividió entre la imagen, los tramites y otros problemas menores. De acuerdo a las respuestas, el obstáculo principal para los emprendedores es el dinero. Segundo dato relevante.
De ahí pasamos al siguiente dato significativo: ¿Cuál es el factor más importante para que un negocio funcione? El 39% dijo que era contar con una buena idea de negocio; 18% declaró que era conocimiento del giro del negocio; 16% que dependía de una buena administración; 13% que lo determinaba la estrategia del dueño; 5% que dependía del empeño y compromiso también del propietario, y el mismo porcentaje (5%), contar con buenos socios. Es decir, la clave para que un negocio funcione, según los entrevistados, es una combinación de buenas ideas, conocimiento del negocio, y una buena estrategia del propietario. Tercer dato relevante.
El siguiente reactivo desnuda una vez más la realidad a la que nos estamos enfrentando en sociedades poco participativas y poco emprendedoras. ¿En los últimos doce meses se ha acercado a alguna institución u oficina para solicitar apoyo y comenzar o hacer crecer su negocio? Un contundente 77% de los entrevistados confesó que no. Solo 19% de los encuestados aceptaron haber intentado hacer un trámite en alguna oficina gubernamental. Cuarto dato relevante.
De acuerdo a los datos que arrojó la encuesta podemos concluir que:
Existe interés --por lo menos manifiesto— de iniciar un negocio (76%); el obstáculo principal para los emprendedores es el dinero (63%); y la clave para que un negocio funcione, según los entrevistados, es una combinación de buenas ideas (39%), conocimiento del negocio (18%), y una buena administración (16%).
Lo dramático y triste del asunto es que dos terceras partes de los que quieren emprender un negocio no saben qué hacer; y 77% ni siquiera se ha tomado la molestia de acudir a una institución gubernamental para solicitar apoyo o asesoría y comenzar un negocio.
Las sociedades prosperas no se dan por arte de magia. Dependen del espíritu de lucha y la combatividad de los ciudadanos para sortear los obstáculos que les impone su entorno más próximo. La carencia de esa mística social por el progreso es lo que me preocupa de nosotros los duranguenses.
Colaboración exclusiva para la Revista Soy Durango, diciembre 2010.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
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