domingo, 24 de abril de 2011
Alternativas para disminuir la violencia
Entre balas, sangre, fuego y miedo (desde lo cotidiano), me encuentro escribiendo esta colaboración desde la ventana de mi bunker. Aún se perciben a lo lejos el humo y las cenizas, el hedor a carne humana putrefacta y el fuego en el que amanecimos el jueves 21 de abril (más lo que se acumule), entre viviendas quemadas, movilizaciones policiacas al oriente y sur de la ciudad y pánico entre los vecinos de la Colonia Las Fuentes, Colinas del Saltito, Analco y varios puntos de nuestra ciudad. Este ha sido un "saldo más del pleito entre bandas criminales", según dicen.
Dadas las circunstancias y la siempre oportuna intervención de las autoridades locales, asumo, que en Durango, como en el país, esto es síntoma de que vamos ganando esta guerra contra la delincuencia. No tenemos nada de qué preocuparnos los duranguenses, son muertes de gente “que anda mal”, que “debe algo”. Disfrutemos de nuestra semana santa.
Respecto a las alternativas para disminuir la delincuencia, hay una corriente de intelectuales fuerte, crítica, que ha establecido, por lo menos, desde el punto de vista mediático, una especie de parada técnica para evaluar el saldo de la estrategia del presidente. Un alto estratégico para analizar alternativas que nos permitan disminuir o minimizar los costos sociales, económicos y políticos de la estrategia emprendida por el Presidente Felipe Calderón. Enumero solo algunas de ellas:
Dadas las circunstancias y la siempre oportuna intervención de las autoridades locales, asumo, que en Durango, como en el país, esto es síntoma de que vamos ganando esta guerra contra la delincuencia. No tenemos nada de qué preocuparnos los duranguenses, son muertes de gente “que anda mal”, que “debe algo”. Disfrutemos de nuestra semana santa.
Respecto a las alternativas para disminuir la delincuencia, hay una corriente de intelectuales fuerte, crítica, que ha establecido, por lo menos, desde el punto de vista mediático, una especie de parada técnica para evaluar el saldo de la estrategia del presidente. Un alto estratégico para analizar alternativas que nos permitan disminuir o minimizar los costos sociales, económicos y políticos de la estrategia emprendida por el Presidente Felipe Calderón. Enumero solo algunas de ellas:
- Analizar el papel que juega Estados Unidos, es decir, mientras desde EUA lleguen armas, y haya consumo legal de drogas, en México hay baño de sangre. No podemos seguir jugando la política de los huevos revueltos del vecino, no de nuetra casa.
- Concentrarse en combatir delitos como secuestro, extorsión, robos....
- Combate a la corrupción (Curiosamente, no han caido peces gordos de la política, del gobierno, de las autoridades, solo grandes capos de la mafia....)
- Combate al lavado de dinero
- Legalización parcial o total de algunas drogas
- Policía nacional única (mando único)
Dados los incrementos de muertes relacionadas con la delincuencia organizada y el ajuste de cuentas entre bandas criminales, entre 2006 – 2010, y donde el ejército, la marina y los federales han realizado operativos y sostenido una lucha cuerpo a cuerpo frente a los carteles de la droga nacionales y, donde, presumiblemente, los estados y municipios han sido rebasados, hay voces que dan jun norte para cambiar de estrategia, para ajustar acciones y así, evitar, ya no la colombianización de nuetro país, sino la mexicanización de la delincuencia, como ya se está conociendo este fenómeno a nivel mundial.
Insisto, éstas son solo algunas de las sugerencias que se hacen y se analizan infructuosamente desde diversos frentes académicos e intelectuales, no así desde el poder político. Simplemente lo pongo a su consideración.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
jueves, 21 de abril de 2011
Hay poco más de 38 mil desempleados en Durango (marzo 2011)
El 20 de abril 2011, el INEGI publicó la tasa de desocupación por entidad federativa para el mes inmediato anterior (marzo). Estos son los pormenores:
Durante marzo de 2011, las entidades que observaron las tasas de desocupación más altas fueron Sonora con 7.68% de la PEA, Chihuahua 7.43%, Tlaxcala 7.10%, Zacatecas 7.08%, Tamaulipas 6.92%, Durango 6.71%, Tabasco 6.46%, Nuevo León 6.31%, el Distrito Federal 6.27%, Aguascalientes 6.12%, Guanajuato 6.10% y el Estado de México 6 por ciento.
En contraste, las tasas más bajas en la desocupación se presentaron en Chiapas con 1.91%, Guerrero 2.08%, Campeche 2.63%, Yucatán 2.91%, Michoacán de Ocampo 3.05%, Oaxaca 3.26%, Morelos 3.66%, Veracruz de Ignacio de la Llave 3.76% y Nayarit con 3.93 por ciento.
La tasa de desocupación nacional se ubica en 5.06%, que equivale a poco más de 2.6 millones de desempleados en el país.
Durango se ubicó en la posición 13, con una TD de 6.71%, cuatro lugares por encima de la media nacional. Con este porcentaje, en Durango hay poco más de 38 mil desempleados en el mes de referencia en nuestra entidad.
Durante marzo de 2011, las entidades que observaron las tasas de desocupación más altas fueron Sonora con 7.68% de la PEA, Chihuahua 7.43%, Tlaxcala 7.10%, Zacatecas 7.08%, Tamaulipas 6.92%, Durango 6.71%, Tabasco 6.46%, Nuevo León 6.31%, el Distrito Federal 6.27%, Aguascalientes 6.12%, Guanajuato 6.10% y el Estado de México 6 por ciento.
En contraste, las tasas más bajas en la desocupación se presentaron en Chiapas con 1.91%, Guerrero 2.08%, Campeche 2.63%, Yucatán 2.91%, Michoacán de Ocampo 3.05%, Oaxaca 3.26%, Morelos 3.66%, Veracruz de Ignacio de la Llave 3.76% y Nayarit con 3.93 por ciento.
La tasa de desocupación nacional se ubica en 5.06%, que equivale a poco más de 2.6 millones de desempleados en el país.
Durango se ubicó en la posición 13, con una TD de 6.71%, cuatro lugares por encima de la media nacional. Con este porcentaje, en Durango hay poco más de 38 mil desempleados en el mes de referencia en nuestra entidad.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
miércoles, 6 de abril de 2011
El sistema de pensiones en México
Actualmente, el sistema de pensiones en México es como el viejo Valiant gris de mi tío Fidel que apenas enciende, y que, tan solo por representar una mínima parte de lo que fue hace 30 años –salvo su valor sentimental--, no podemos tomarlo en cuenta como vehículo pues tiene mejores usos alternativos. Hoy solo nos sirve de mesa en tardes de convivencia, o de protección en días lluviosos o en tardes soleadas, en las que solemos recordar a Don Fidel echarle mecánica en la cochera.
Como ese Valiant, así se ve y así está hoy nuestro sistema de pensiones. Como un vehículo viejo, obsoleto, que cada día nos cuesta más y que, por un extraño valor sentimental, lo atesoramos como la joya de la corona y no nos atrevemos a cambiarle el rostro con una visión más pragmática y de responsabilidad hacia las generaciones futuras.
El sistema de pensiones en México es un sistema prácticamente quebrado. Solo cubre 40% de la Población Económicamente Activa (PEA) y representa un pasivo de casi 20 billones de pesos para el gasto público; monto que, dicho sea de paso, representa un déficit equivalente a 150% del Producto Interno Bruto (PIB). Y la cuenta sigue creciendo.
Tres asuntos de fondo son un problema serio que debemos resolver en nuestro sistema de pensiones:
1) Una pésima cobertura en salud pública. Somos un país que a pesar de contar con tres sistemas de seguridad social (IMSS, ISSSTE o Seguro Popular) paradójicamente, aún no cubrimos el 100% de la población. Además, los tres sistemas de salud –juntos-- no garantizan un servicio que satisfaga los requerimientos de la población.
2) Alto porcentaje de economía informal. Las tasas de ocupación informal registran 28% en promedio, erosionando las arcas fiscales y reduciendo el margen para el ingreso y ahorro domésticos, por consiguiente, tampoco contribuyen a los sistemas seguridad social y de pensiones.
3) Desperdicio del bono demográfico por bajo crecimiento económico. Tenemos alrededor de 15-20 años para fortalecer los ingresos de las personas y consolidar el crecimiento económico del país. De acuerdo a los pronósticos demográficos, luego de estos años, el grueso de la población será mayor de 40 años. Es decir, hoy somos un país de jóvenes con potencial para generar riqueza que no tiene empleo, y mañana seremos un país de viejos sin pensión y sin jubilación que nos alcance para sostenernos.
La forma de evitar que el país termine siendo de viejos y pobres, es replantear el sistema de pensiones mediante una serie de reformas e incentivos de ahorro en la población. Tiene que ver con la forma en que nuestro país crezca, produzca y genere incentivos para que la economía informal deje de ser un problema. Para que nuestro gobierno gaste y recaude lo justo y propicie que todos tengamos un seguro de gastos médicos y de retiro decoroso.
Obviamente, en nuestro país, estas reformas y cambios estructurales dependen de la lógica política y no de la lógica económica. Es decir, nuestros problemas, son producto del mal arreglo institucional en el que nos tienen postrados los partidos políticos y sus líderes mesiánicos. Y para llegar a ese nivel de reformas requerido, necesitamos a una clase política comprometida con las necesidades de los ciudadanos. Ese es el gran problema de México.
Insisto, la forma de evitar que el país termine siendo de viejos y pobres, es propiciando mejores condiciones de trabajo, de impuestos y de leyes que garanticen equidad y justicia. Lamentablemente, no contamos con una clase política con la misma visión y entusiasmo y tampoco con la voluntad para cambiar las cosas.
Nos hacen falta políticos con pasión, con arrojo, con voluntad para el cambio; y estimo que solo nos alcanza para un pésimo espectáculo de marionetas y titiriteros.
Como ese Valiant, así se ve y así está hoy nuestro sistema de pensiones. Como un vehículo viejo, obsoleto, que cada día nos cuesta más y que, por un extraño valor sentimental, lo atesoramos como la joya de la corona y no nos atrevemos a cambiarle el rostro con una visión más pragmática y de responsabilidad hacia las generaciones futuras.
El sistema de pensiones en México es un sistema prácticamente quebrado. Solo cubre 40% de la Población Económicamente Activa (PEA) y representa un pasivo de casi 20 billones de pesos para el gasto público; monto que, dicho sea de paso, representa un déficit equivalente a 150% del Producto Interno Bruto (PIB). Y la cuenta sigue creciendo.
Tres asuntos de fondo son un problema serio que debemos resolver en nuestro sistema de pensiones:
1) Una pésima cobertura en salud pública. Somos un país que a pesar de contar con tres sistemas de seguridad social (IMSS, ISSSTE o Seguro Popular) paradójicamente, aún no cubrimos el 100% de la población. Además, los tres sistemas de salud –juntos-- no garantizan un servicio que satisfaga los requerimientos de la población.
2) Alto porcentaje de economía informal. Las tasas de ocupación informal registran 28% en promedio, erosionando las arcas fiscales y reduciendo el margen para el ingreso y ahorro domésticos, por consiguiente, tampoco contribuyen a los sistemas seguridad social y de pensiones.
3) Desperdicio del bono demográfico por bajo crecimiento económico. Tenemos alrededor de 15-20 años para fortalecer los ingresos de las personas y consolidar el crecimiento económico del país. De acuerdo a los pronósticos demográficos, luego de estos años, el grueso de la población será mayor de 40 años. Es decir, hoy somos un país de jóvenes con potencial para generar riqueza que no tiene empleo, y mañana seremos un país de viejos sin pensión y sin jubilación que nos alcance para sostenernos.
La forma de evitar que el país termine siendo de viejos y pobres, es replantear el sistema de pensiones mediante una serie de reformas e incentivos de ahorro en la población. Tiene que ver con la forma en que nuestro país crezca, produzca y genere incentivos para que la economía informal deje de ser un problema. Para que nuestro gobierno gaste y recaude lo justo y propicie que todos tengamos un seguro de gastos médicos y de retiro decoroso.
Obviamente, en nuestro país, estas reformas y cambios estructurales dependen de la lógica política y no de la lógica económica. Es decir, nuestros problemas, son producto del mal arreglo institucional en el que nos tienen postrados los partidos políticos y sus líderes mesiánicos. Y para llegar a ese nivel de reformas requerido, necesitamos a una clase política comprometida con las necesidades de los ciudadanos. Ese es el gran problema de México.
Insisto, la forma de evitar que el país termine siendo de viejos y pobres, es propiciando mejores condiciones de trabajo, de impuestos y de leyes que garanticen equidad y justicia. Lamentablemente, no contamos con una clase política con la misma visión y entusiasmo y tampoco con la voluntad para cambiar las cosas.
Nos hacen falta políticos con pasión, con arrojo, con voluntad para el cambio; y estimo que solo nos alcanza para un pésimo espectáculo de marionetas y titiriteros.
@leon_alvarez
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