lunes, 16 de marzo de 2009

Expectativas “racionales” vs Expectativas “adaptativas”.

La teoría económica nos enseña que las personas muchas veces no reaccionan de forma racional ante los principales fenómenos económicos. De ahí que sea común que exijan bajar impuestos y al mismo tiempo que suba el gasto social y los subsidios del gobierno; o que bajen los precios de los productos que consumimos y en la misma medida, se elimine la competencia. Absurdo, ¿no cree usted?

En este contexto, la ciencia económica, por ilógica que parezca, sobre todo en estos tiempos de crisis, nos enseña que muchos comportamientos aparentemente extraños tienen explicaciones lógicas, mientras que otros, aparentemente lógicos, no tienen ningún sentido.

El caso de los políticos es el más preocupante. Un ejemplo reciente de este absurdo económico es el tema relacionado a la Tenencia: Acción Nacional planteó suprimir el impuesto a la compra de automóviles nuevos, pero irracionalmente, el gobierno federal que ostenta ese mismo partido, bajó los aranceles a la importación de autos usados mejor conocidos como “chocolatos”. Algo verdaderamente irracional económicamente hablando, pero efectivo para la popularidad entre el colectivo social.

En este sentido, la crisis económica en la que estamos inmersos producto de los problemas financieros del mercado norteamericano, nos indica que en México, la percepción ciudadana, lo esperado o expectativas “racionales”, son negativas respecto de la economía mexicana y mundial. Por lo tanto, éstas se convertirán en adaptativas en el mediano y corto plazo. Es decir, si la
inflación ha sido alta en el pasado, los ciudadanos podrían esperar -y adaptarse- a que sea alta en el futuro. Esto es lo que sucederá producto de un pánico generalizado en nuestra economía, si fracasan las medidas económicas en Estados Unidos y por consiguiente en México.

Para medir esta percepción en nuestro país, el INEGI y el Banco de México recaban mensualmente la Encuesta Nacional sobre la Confianza del Consumidor (ENCO). El resultado es el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que en el mes de febrero ha tocado la cifra más baja en los últimos 9 años: 78.9 puntos. De entre los cinco componentes que conforman este índice de confianza, el más crítico que muestra una caída drástica en las expectativas de los consumidores, es la posibilidad de adquirir bienes de consumo duradero, tales como: muebles, televisores, lavadoras u otros aparatos electrodomésticos, situado en 56.4 puntos, registrando una caída de 46% respecto al año anterior.

Sin duda, el consumidor tiene miedo y está paralizado. Estas son terribles noticias para los empresarios y para todos los ciudadanos por que hay aversión al consumo.

Cualquier comentario o sugerencia relacionado con esta columna "irracional", por favor enviar un correo a: leonardo.alvarez@gdinnovaciones.com.mx, o en el sitio web: http://www.leonardoengd.blogspot.com/

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