lunes, 9 de marzo de 2009

El fantasma de la devaluación del peso frente al dólar.

Vuelve el fantasma de la devaluación abrupta del peso mexicano frente al dólar. La crisis cambiara que se desató el lunes pasado es derivada de un exceso de demanda de dólares de los inversionistas internacionales en mercados cambiarios y la Bolsa Mexicana de Valores. Se trata de una nueva e intempestiva amenaza externa para el Banco de México y la Secretaría de Hacienda.

La razón es muy simple: los inversionistas americanos, sobre todo, dudan del plan de rescate económico anunciado por los Estados Unidos y su respuesta inmediata ha sido comprar una gran cantidad de dólares fuera de Estados Unidos para protegerse de las medidas impositivas que se avecinan.

Barack Obama anunció un ambicioso plan de estímulo fiscal para el presupuesto 2010 de su país, una cifra histórica de 3.6 billones de dólares que inyectarán a la economía vía proyectos de infraestructura, salud, educación y rescates financieros, que, en la práctica, regresa a las épocas de un gobierno eminentemente “fiscalista”. Es decir, una gran intervención del gobierno en la economía. Obvia decir que plantea un déficit público que será financiado con impuestos a las clases altas y empresariales, los mismos que rechazan esta medida por que “no es la cultura americana”, así fue consignado en la mayoría de las portadas en los principales diarios norteamericanos.

El hecho es que esta crisis especulativa atacó los principales mercados y, como ya es una constante, México es el principal afectado. A principios de semana, lunes 2 y martes 3, de marzo, concretamente, el precio de la divisa estadounidense llegó a cotizarse hasta en 15.70 pesos por dólar. El 20 de febrero, un dólar costaba 14.82 pesos. Esto significó que en 14 días nuestra moneda perdió 90 centavos con respecto a la del vecino del norte: una devaluación de 6%.

Lo grave del asunto es el mensaje implícito en este escenario de corto plazo: ¡vale la pena invertir en dólares! situación que es irreal y temporal, y que la mayoría de los mortales como usted o como yo estamos lejos de conseguir.

Por ello el anuncio de Agustín Carstens al afirmar que el peso estaba subvaluado. La realidad es que el Banco de México, por el momento, cuenta con reservas suficientes para afrontar una demanda masiva de dólares (80 mil millones), sin embargo, la cuestión es:

¿Hasta cuántos dólares puede aguantar la reserva de nuestro país?
¿Qué estrategia habrá para estabilizar el dólar?
¿Qué instrumentos utilizar para bajar nuevamente su cotización?

Por lo pronto, los pronósticos para el cierre de la cotización del peso mexicano frente al dólar durante 2009, que hicieran casas de bolsa, bancos y los principales analistas nacionales, se fueron por la borda (14.30 pesos en promedio a diciembre de 2009). La más reciente Encuesta Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado realizada por el Banco de México del 23 – 27de Febrero, arroja cifras que también han quedado muy por debajo del pronóstico: 14.10 pesos por dólar.

Ciertamente, el asunto es preocupante. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México, a través de la Comisión Nacional de Cambios, deben elaborar una estrategia de contingencia. Por el momento, no hay forma de proteger a las empresas exportadoras o que requieren de insumos del exterior en un ambiente de incertidumbre cambiaria. Pensar en invertir, también es un riesgo. Por otro lado, los consumidores pagaremos los platos rotos: de seguir fluctuante el tipo de cambio, seguramente nos fastidiará la inflación en el corto y mediano plazo. Más vale que Barack Obama tenga éxito con su política intervencionista.




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