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martes, 28 de diciembre de 2010

Dime de qué presumes y te diré de qué careces.

La realidad económica es uno de los temas de interés, pero también una piedra de tropiezo para los gobiernos. En 2010, afirmó el Gobierno Federal que el país va “en franca recuperación”; y en el ámbito local, el Gobierno Estatal presumió la generación de empleos en cifra récord a finales de año. Para ambos, aplica la máxima popular que dice, dime de qué presumes y te diré de qué careces.

En lo que respecta al ámbito nacional, sin duda, 2010 ha sido un año en el cual nuestra recuperación como país se dio en un contexto de orden externo. Es cierto que recuperamos terreno perdido y esa es una buena noticia; sin embargo aún no estamos bajo una senda de crecimiento sostenido, y peor aún, con un alcance de mediano y largo plazo, como el que requiere la población.

En realidad, a este ritmo de crecimiento, la brecha del producto apenas estaría cerrándose al finalizar el año 2011, puesto que retrocedimos seis escalones en 2009, de los cuales muy probablemente durante este año solo recuperemos 5.Técnicamente, para hablar de recuperación como usualmente lo hace el gobierno federal, tendríamos que haber crecido entre 9 y 12%, desempeño que es totalmente imposible de lograr en nuestras condiciones.


Por ello, en términos estrictamente económicos, nuestra curva de desempeño forma una W, en la que se registra la enorme contracción del fatídico año 2009, y los posteriores ajustes que, de forma natural vuelven a mostrar algunas contracciones hasta llegar a una senda de crecimiento sostenido. Para ello requerimos un par de años con crecimientos por lo menos de 6% anual, como inicio y una serie de medidas que no se han tomado y que nos hacen depender de factores externos, principalmente.
Al cierre del año son cinco los factores que obstaculizan nuestro desempeño económico:1) La debilidad del mercado externo; 2) El mercado interno; 3) La ausencia de cambios estructurales en México; 4) La expectativa cada vez mayor de inseguridad que se vive en nuestro país; y 5) La política fiscal que se está “instrumentando”: los precios concertados: energía eléctrica, combustibles principalmente, ya están generando una expectativa inflacionaria muy complicada para reanimar el consumo privado de los mexicanos.

En lo que respecta al ámbito local, en Durango, aunque no podemos retraernos de los efectos de la crisis económica mundial, la crisis no pegó en la entidad por efectos de la poca demanda externa y tampoco por que la economía mexicana haya retrocedido 6.5% en 2009. Realmente somos un estado que contribuye poco al PIB nacional: ostentamos el lugar 24 en población (1.6 mdh) y el lugar número 25 en contribución al PIB: apenas y representamos el 1.3% del total nacional.


En Durango, la crisis pude agudizarse en nuestra entidad en los próximos dos años por falta de inversiones y proyectos empresariales y de industria que complementen la inversión pública que se está realizando, pero que es insuficiente.

Decenas de paisanos regresaron de Estados Unidos o no están enviando dinero suficiente para sus familiares que viven en los municipios más pobres de le entidad. Nuestros centros urbanos más desarrollados: Gómez Palacio, Lerdo, y la ciudad de Durango, no tienen la oferta suficiente de empleos para captar toda esa demanda de personas y la comunidad universitaria y tecnológica año con año genera nuevos profesionistas. Este es el gran reto de todos los que vivimos en Durango.

Nuestros problemas están ligados al atraso estructural que por décadas mantuvimos en infraestructura pública y social, y al poco capital empresarial que tenemos. Hoy en día, súmele la percepción de inseguridad que impera en propios y extraños, lo que evidentemente inhibe el crecimiento de las inversiones. Un triste panorama el que tenemos por delante.

A ello, desde mi personal punto de vista, se añade la parálisis y poca perspectiva que se ha lanzado desde el sector público local con el reciente cambio de gobierno. En materia de desarrollo económico --como en la mayoría de las oficinas del estado--, se mantienen en seguidilla los mismos hábitos, iguales estructuras y, en general, los mismos cuadros. Algunas prácticas que antaño veíamos en el municipio llegaron para instalarse y duplicarse en el estado.

La lógica apunta para que en cada “cambio” de gestión, por lo menos, se haga un replanteamiento de metas, estrategias y hasta de objetivos. No solamente de edificios. ¿Cuáles son las definiciones de ésta administración? ¿Qué aprendimos los duranguenses con el resultado electoral de julio pasado? ¿Qué aprendieron nuestros políticos ganadores de esa elección? Dice otra máxima popular que no es lo mismo continuidad que continuismo.

En fin, la realidad económica es uno de los temas de interés, pero también una piedra de tropiezo para los gobiernos. En 2010, el Gobierno Federal reitera que el país va “en franca recuperación”; y en el ámbito local, el Gobierno Estatal presumió la generación de empleos en cifra récord a finales de año. Para ambos, insisto, aplica la máxima popular que dice, dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Leonardo Alvarez
@leon_alvarez

martes, 14 de diciembre de 2010

2010: ¿Año de la recuperación?

No cabe duda que en 2010 hemos recuperado algo del terreno perdido en materia económica. Y la realidad de las cosas es que, así como la crisis vino de afuera, es pertinente decir que el repunte o recuperación también llegó de afuera. La demanda de manufacturas desde los Estados Unidos, liderada por el sector automotriz, fue el principal causante.

Es preciso comentar que nuestra clase política, incluidos el poder ejecutivo, legislativo, y todos los partidos políticos por igual, nos recetaron un 2010 lleno de inamovilidad y discursos políticos. Mucho ruido y pocas nueces, diría mi abuelita. Un ejemplo claro fue el pacto para no modificar la miscelánea fiscal de 2011.

Los impuestos, o mejor dicho, la política fiscal de México está alineada a la recaudación de ingresos públicos pero no hacia la generación de incentivos para crecimiento económico. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México se contentan con la aparente “estabilidad de precios”, pero el consumo, la inversión y los salarios, siguen deprimidos.

Es cierto lo que anuncia el Ejecutivo: recuperamos empleos. ¡Esto es una buena noticia! Al cierre de noviembre, de acuerdo a datos del IMSS, existen 962,463 empleos generados en lo que va de 2010; de los cuales 64.4% (619,828) son permanentes y 35.4% (342,635) son eventuales. Es una cifra digna de anunciarse. Si nos comparamos contra el fatídico año 2009, hemos recuperado 757,108 empleos, pero insisto, esto ha sido gracias a la demanda de exportaciones.




Mantenemos una enorme dependencia de las fluctuaciones externas y, precisamente hoy que Estados Unidos se desacelera y entra en una etapa de “estanflación”; y que, Europa tiembla financieramente por los problemas de Irlanda, Portugal y España, nuestro mercado interno sigue deprimido.

De acuerdo a datos del INEGI y del Banco de México, a pesar de la buena expectativa de los analistas económicos respecto a 2011, los consumidores y los productores no están respondiendo favorablemente al mercado: los ciudadanos consumen con cautela bienes de uso básico o indispensable; y los empresarios invierten con reservas porque hay incertidumbre por la carga impositiva desigual, el comercio informal y el incremento a los combustibles y otros bienes y servicios.


En materia de crecimiento económico tenemos más o menos buenas noticias. La expectativa general, con la que coinciden numerosos analistas, es que creceremos 5% al cierre de 2010.

Sin embargo, de acuerdo a la estrepitosa caída del PIB durante 2009 (-6.5%), la Brecha del Producto es de -1.5%; es decir, si restamos el incremento de 5% a la caída de -6.5% del año pasado, en 2010, apenas estamos regresando a niveles de -1.5% en el Producto Interno Bruto.


Para el próximo año se espera que nuestro PIB crezca a razón de 3%, a este ritmo, estaríamos llegando a nuestra producción óptima hasta finales de 2012 y es, hasta entonces, cuando nuestro país retomará la senda de crecimiento que se cortó el año pasado.

No cabe duda que en 2010 hemos recuperado algo del terreno perdido en materia económica. Y la realidad de las cosas es que, así como la crisis vino de afuera, es pertinente reconocer que el repunte o recuperación llegó también de afuera. No estamos haciendo mucho por ensanchar nuestro mercado interno.

Leonardo Alvarez
@leon_alvarez