Este aumento en la variación anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor de febrero con respecto al mes de enero, se explica, fundamentalmente, por un mayor ritmo en la tasa de variación anual en los precios del grupo de las frutas y verduras del subíndice de los productos agropecuarios.
Por un lado, el clima y los terribles fenómenos naturales que azotan Chile y Haití –en primer plano--, suponen una severa escasez de alimentos en el mercado en el corto y mediano plazo. Por otra parte, en el ámbito interno de México, el impacto ha sido mayor a partir del aumento de precio de gasolinas y combustibles. Incluso, los analistas estiman nuevos incrementos producidos por la presión de productores, distribuidores y los referentes al transporte público de carga y pasajeros. Los llamados precios concertados.
Dos meses de consecutivos aumentos en combustibles, han exacerbado la preocupación departe de asalariados y trabajadores que hoy en día destinan el 88% de su ingreso al gasto corriente. Un serio golpe a su poder adquisitivo.
Para comprender el impacto de la inflación en las clases medias y de ingresos bajos, de acuerdo a cifras de INEGI, de este 88% de gasto que los hogares mexicanos destinan al gasto corriente, la mitad (52%) tan solo es destinado para adquirir alimentos y transporte.
Si consideramos que, en promedio, en México, el 65.3% de la población ocupada es asalariada y subordinada a un patrón (Es decir, 29 millones de personas) se trata de individuos de clase media y baja que mantienen salarios ínfimos seriamente golpeados en su poder adquisitivo.
Y, peor todavía, si segmentamos a las personas que solo reciben un salario mínimo, por su posición en el ingreso, es decir, 5.9 millones ó (13.4% de los asalariados); con mayor razón, la expectativa sobre su poder de compra es muy negativa y el impacto de la inflación es devastador.
En suma, el 72.8% de la “población ocupada” en nuestro país recibe menos de 7 mil pesos mensuales para sus sustento. Generalmente, familias compuestas por 5 personas donde la mamá y los hijos mayores tienen que contribuir al ingreso familiar generalmente de manera informal y en la economía subterránea.
Leonardo Alvarez
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