Hoy, que el ambiente se torna oscuro porque todos hablan de crisis económica, el concepto de ahorro es fundamental para planear nuestra independencia financiera o nuestro retiro. En este sentido, las crisis son un buen momento para reflexionar y recapacitar acerca de nuestro patrón de consumo y la consolidación de un patrimonio.
Primero, se debe vencer el mito de que no se puede ahorrar. El ahorro es posible si existe voluntad y disciplina. Piénselo bien, verá que a pesar de que usted cuenta con un nivel de ingreso bajo, siempre es posible desistir de un impulso de compra para destinar un poco de dinero al ahorro.
Segundo, debe fijarse metas concretas a mediano y largo plazo para tener un objetivo real y tangible: un auto, una casa, un negocio, un viaje o nuestro retiro. En este caso no es lo mismo deuda que ahorro, téngalo muy claro.
Tercero, de acuerdo a nuestros objetivos, gustos y características personales, existen diversos instrumentos de ahorro e inversión que seguramente se adaptarán a nuestros intereses. Ello depende de nuestros conocimientos y nuestro perfil potencial como ahorradores.
Para los que no cuentan con capital, la alternativa es Aprender a invertir y no solo Acumular dinero. Olvídese de las tradicionales cuentas de ahorro y pagarés al vencimiento que ofrecen poco rendimiento. Investigue, infórmese y aprenda sobre los nuevos productos y servicios financieros disponibles en el mercado en: Casas de Bolsa, Sociedades de Inversión, Operadoras de Fondos, o Aseguradoras.
Estos instrumentos están cada vez más al alcance de la población y en ellos vale la pena invertir parte de nuestros ingresos extraordinarios, como: aguinaldo, utilidades, o los bonos de desempeño. Normalmente, son instrumentos en los que el dinero se debe quedar por largos periodos de tiempo a cambio de obtener mayores rendimientos que una cuenta de ahorro o pagaré bancario tradicional. Al aprender a invertir no solamente acumula dinero bajo el colchón, lo coloca en instrumentos como cetes, bonos, acciones, siefores, entre otros; que ofrecen rendimientos al tiempo que poco a poco cambia su estatus de ahorrador a inversionista. Además, este tipo de ahorro es para quien no tiene interés de arriesgar su capital en un negocio o no tiene habilidades empresariales.
Por otro lado, para aquellos que cuentan con un capital inicial, hay dos alternativas inmediatas: 1) Hay quienes son emprendedores y buscarán generar un negocio, abrir su propia empresa o adquirir una franquicia; y 2) los que deciden invertir en activos inmuebles que además de asegurar un crecimiento constante de su inversión, pueden generar ingresos adicionales a través de la renta o venta de propiedades.
En fin. Hay un sinnúmero de posibilidades para hacer crecer nuestro patrimonio y asegurar nuestro retiro. ¿Cuál es la que más se adapta a sus características personales e ingresos?
Piénselo bien. Vale la pena detenerse a reflexionar en este aspecto. Precisamente hoy, que el ambiente se torna oscuro porque todos hablan de crisis económica: la combinación de voluntad, disciplina e inversión, es fundamental para lograr nuestra independencia económica.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez
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